Tenemos la vida que toleramos


“Somos influenciables, pero no debemos ser nunca personas sumisas en la aceptación de nuestros objetivos”. Esta es una de las interesantes reflexiones que nos cuenta Rubén Turiezno, el reputado consultor especializado en comportamiento humano y planificaciones estratégicas que acaba de publicar el libro “Haz que suceda”, de la editorial Alienta, y que ha vendido cien mil ejemplares el día de su lanzamiento. 

Esta última obra, ya a la venta, destaca por ofrecer un método detallado y comprometido para conseguir realizar cualquier propósito que nos marquemos, sin recetas mágicas ni golpes de surte, si no con estrategia y acción. 

¿El método que explicas en el libro puede ser aplicable a cualquier ámbito de la vida? 

Completamente. La vida son diferentes retos, deseos, objetivos que cada día nos planteamos. La mayoría los desestimamos al comprobar el esfuerzo necesario o el bloqueo de no saber cómo enfrentarlos. Este método lo que nos proporciona es orden para abordar cada meta y herramientas para facilitarnos el proceso. 

¿Somos, en general, demasiado pasivos y por eso no conseguimos nuestros propósitos? 

En general, lo que no medimos son las consecuencias y exigencias de nuestros propósitos. Un reto, si está bien definido, requiere de un cambio de hábito y rutina en nuestra vida. Al no medir ese impacto, solemos frustrarnos cuando nos falta tiempo, energía o ganas para abordarlo como requiere. Mi recomendación es preguntarse siempre antes de emprender un objetivo “¿A qué estoy en disposición de renunciar mientras lo consigo?” 

Un reto, si está bien definido, requiere de un cambio de hábito y rutina en nuestra vida 

¿Por qué “querer” no basta para “poder”? 

Pues porque desear es solo el primer paso de un plan estratégico. Luego hay que transformar el deseo en objetivo, entender los verdaderos motivos, analizar los recursos propios, crear un plan de acción organizado y creativo, identificar las personas que te pueden ayudar a conseguirlo y por ultimo, elegir la fecha idónea para abordarlo. Solo así garantizar minimizar las variables y podrás decir que quisiste… ¡Y pudiste! 

¿En qué crees que se equivocan los grandes gurús del desarrollo personal cuando explican las claves para conseguir el éxito? 

En mi humilde opinión, suelen caer en la falacia del francotirador, es decir, explicar los hechos a posteriori y de esa manera el éxito lo explican como consecuencia de una serie de acciones. Por ejemplo, ahora está de moda decir que las personas exitosas lo son por despertarse a las 5 de la mañana. No he visto yo a muchos panaderos millonarios, la verdad, y también se levantan a esa hora. Sin el contexto adecuado, las recetas son inservibles. 


Comprendo… Según lo que comentas en el libro, “querer adelgazar” o “disfrutar más de la vida”, por ejemplo, no son objetivos alcanzables. ¿Cómo deberíamos reformularlos? 

La formulación mas acertada la definió John Whitmore en los años 80 y en ella decía que todo objetivo debe estar formulado de manera específica, medible, alcanzable, con una fecha establecida y que sea realista. De tal forma, “querer adelgazar” es inconcreto y abstracto, mientras que “perder 15 kilos en cinco meses” es algo que cumple todo lo anterior y me incita a la acción. 

¿Cómo nos condicionan las compañías que nos rodean para alcanzar lo que queremos? 

Las compañías, las modas o incluso nuestras familias, son grupos de presión que persiguen sus propios intereses a la hora de sugerirnos objetivos. Aprender a identificar nuestras verdaderas necesidades y motivadores es esencial para el compromiso con el reto. Somos influenciables, pero no debemos ser nunca personas sumisas en la aceptación de nuestros objetivos. 

¿Y una actitud demasiado victimista o instalada en la queja? 

Tenemos la vida que toleramos. La justificación permanente constata nuestra falta de determinación y muestra nuestra apuesta por la rendición. 

La justificación permanente constata nuestra falta de determinación y muestra nuestra apuesta por la rendición. 

¿Qué pasa cuando ya lo intentamos y fracasamos? ¿Tenemos que volverlo a intentar? 

No de la misma forma obviamente. Se está haciendo últimamente una apología del fracaso excesiva. No hay enseñanza que compense una crisis de años, una depresión o un episodio de estrés crónico, por ejemplo. Siempre le suelo decir a la gente que, si puede, no fracase nunca. Pero que, si eso sucede, analice bien los errores, corrija y evalúe antes de volverse a lanzar. Eso sí, que nadie se apalanque en un fracaso pasado para no volver a intentarlo. 

Todos queremos ganar más dinero, pero, cuando lo conseguimos, a veces nos sentimos poco merecedores. ¿Eso evidencia una relación insana con el dinero? 

En este país no tenemos una buena cultura del dinero. Nos sentimos incluso mal por tenerlo y castigamos a quienes lo consiguen. Mientras que en otros países referencian a grandes empresarios o magnates disruptivos, nuestros héroes son el Lazarillo de Tormes y los granujas que se burlan de la ley. El dinero no es lo que valemos como personas, pero sí como profesionales. Debemos sentirnos agradecidos por ello y crear una relación de respeto y protección mutua con el. 

¿Por qué consideras revolucionario el método del libro? 

Creo que es una formulación única de fases con herramientas concretas que te van acompañando en todo el proceso. Es un libro que no te abandona a tu suerte o te culpabiliza de la falta de resultados, sino que te va mostrando el camino paso a paso. Más de veinticinco técnicas en seis pasos que te llevarán definitivamente a un resultado exitoso.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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