Te despiertas y no sabes si estás en la ciudad correcta o incluso en la casa adecuada para ti. Vas a trabajar, pero sigues preguntándote si esta es la vida que querías, a pesar de que no puedes quejarte, todavía no estás seguro de si elegiste esta vida o si estás haciendo lo mejor con lo que tienes. Porque a veces sientes como si esta vida fue escogida para ti y no tenías otra opción.
Sales con tus amigos pero te sientes incomprendido, sientes como si te miraran pero no te ven, sientes como si no pudieras hacer o decir nada bien porque siempre hay alguien que señala las piezas desordenadas de ti, diciéndote cómo debes comportarte y cómo debes hablar.
Vuelves a tu habitación y te sientes solo, te sientes vacío, sientes que es un lugar que ya no te conforta. Descansas la cabeza sobre la almohada pero no puedes dormir porque tus pensamientos ya no tienen sentido. Ni siquiera puedes soñar. Ni siquiera puedes descansar.
La confusión, la duda y la frustración son tus nuevos mejores amigos. Ellos son los que se aferran a ti sin importar a dónde vayas y no puedes deshacerte de todas las preguntas en tu cabeza, pero también no puedes encontrar las respuestas a estas preguntas. Así que estás viviendo, pero parece que estás muriendo lentamente.
Mientras estés con la gente equivocada, nada de lo que hagas será completamente correcto. Mientras estés con las personas adecuadas, nada de lo que hagas estará completamente equivocado. Y aunque lo fuera, serás perdonado, serás consolado, serás comprendido y serás amado. Porque es la gente que te rodea que realmente puede elevar tu vida e inspirarte a ser grande, amándote y aceptándote hasta que te encuentres. Hasta que vueles.
Pero si estás rodeado de personas que actúan como siempre saben mejor, que dicen que son más experimentados, que siguen culpándote de todo lo que sale mal en tu vida, entonces nunca estarás en paz contigo mismo. Nunca despertarás sintiéndote amado y nunca dormirás pacíficamente porque estás en guerra contigo mismo, entre quién eres y quiénes quieren que seas.
Si no sabes lo que está bien o mal, es porque has olvidado tu voz y la has perdido ante la gente que te rodea. Has olvidado cómo ser tú mismo y aprendiste a conformarte para que puedas encajar. Has olvidado que el mundo es un lugar enorme y hay personas exactamente iguales a ti; quien aceptará todo tu desorden y caos y hará que parezca arte. Gente que admira todo por lo que has sido criticado. Has olvidado que podrías encontrar gente que no te haga sentir que es un crimen ser tú mismo.