Cuando ser inquieto va más allá de lo natural



Las pautas que aprenden en los juegos se hacen fundamentales en los niños para el desarrollo de habilidades. El juego con un propósito pasa a ser terapéutico. 

Los padres pueden estar enfrentados a un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad de su hijo. Tenga en cuenta las recomendaciones. Adaptación.

El diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) de su hija motivó a Claudia Tatiana Hidalgo Pescador a estudiar psicología. La menor para ese tiempo tenía seis años, hoy tiene 12, y le dificultaba sobremanera esa tarea de criarla. 

"Era muy inquieta. Quería comprender a mi hija para ayudarla. Ver un hijo llorando, porque nadie quiso jugar con él y juzgándose es muy frustrante", apuntó la profesional egresada de la Universidad Católica Luis Amigó. Hoy labora en el Colegio Nuevo Gimnasio. 

Según Hidalgo, la pequeña tenía un predominio inatento del Trastorno. Contó que también hay pacientes con otras tendencias, que es muy escaso encontrarlo solo de corte hiperactivo: "Un niño puede ser hiperactivo con tendencia a la inatención o a la impulsividad. Encontrarla pura es muy complejo, por lo regular se encuentran es oposicionistas, desafiantes". 

La menor, que asistió a terapia ocupacional hasta los 11 años, lo que se vio interrumpido por falta de contratos de su EPS, no fue medicada. En eso, Hidalgo encontró barreras que la pusieron a prueba. Dijo que sintió impotencia y que ello la hizo irritable. 

El TDAH no tiene cura, pero se pueden controlar sus síntomas a medida que el paciente va creciendo y presentando la conducta en el colegio, la casa y otros espacios. Se detecta en la niñez, puede permanecer en la adolescencia e incluso en la adultez. Llegan a ser condicionantes: Lesiones cerebrales, consumo de alcohol o tabaco durante el embarazo, parto prematuro y bajo peso al nacer. 

Características 

"Encontramos chicos que no se quedan quietos. No pueden estar mucho tiempo sentados en un mismo sitio. En la escuela -por ejemplo- se tienen que estar cambiando de puesto. Interrumpen mucho, sobre todo, las conversaciones. No respetan el orden de la palabra, sienten que tienen que estar participando. Cuando se les formulan preguntas, sin terminar de hacérselas, ya están respondiendo", dijo sobre los rasgos de estos pacientes. 

Hidalgo explicó que a un niño con TDAH se le dificulta cumplir con instrucciones dadas al mismo tiempo. Subrayó que suelen 'coger terminales' y cumplir con la instrucción a medias, independientemente del espacio, porque no prestan atención a lo que se les dice. 

"Se le dice 'recoja los zapatos, tienda la cama y lleve los platos a la cocina', pero solo hace eso último. Tienen algunas fallas en el procesamiento de la información. Es muy similar el comportamiento del inatento con el hiperactivo puro en el asimilamiento de las peticiones". 

Diagnóstico 

Los padres, según la psicóloga, empiezan a recibir muchas quejas del menor en el colegio tanto del comportamiento en clase como en extraclase. Dijo que es ahí cuando son llevados a la EPS y mencionó que pasan primero por el médico general y este valora si lo remite a un especialista (psicólogo o psiquiatra). 

"El psicólogo o el psiquiatra valora el paciente a través de un manual diagnóstico. Con la certeza de lo que se tiene, se le empieza a hacer un seguimiento para ver si debe ser medicado. Se les proporcionan fármacos cuando sus síntomas afectan todas sus esferas (familiar, social, académica, etc)". 

Hidalgo dijo que cuando se enfrentó a la posibilidad de medicar a su hija sintió mucha desconfianza. Apuntó que, por lo regular, los progenitores sienten temor de las 'etiquetas' con las que va a ser visto su pequeño. Que hay cierto recelo frente al señalamiento, al estigma. 

"Si bien hay un descanso, porque hay un nombre para lo que al niño le pasa; también es cierto que llegan las incógnitas sobre otros efectos que pueden generar y qué va a pasar a futuro. Es ahí es cuando empieza la montaña rusa que es el TDAH. Los padres deben ser responsables al administrarlos. No pueden dejar los fármacos porque sí, esto influye en la condición propia". 

Con el diagnóstico, llega la posibilidad de las terapias. Hidalgo especificó que esto no solo es con los niños, que toca también a los padres y al círculo cercano del menor de edad, esto para aceptar lo que el hijo tiene y para que aprendan de las características de la condición y las pautas a seguir con ellos. 

"Muchas familias, después de saber qué tiene el pequeño, se encapsulan. Empiezan a evitar asistir a ciertos lugares, por temor al señalamiento. Esto es un error. Con el paciente, en tanto, se trabaja todo lo que tiene que ver con autoconocimiento, con pautas sociales y con distintas dinámicas". 

Dificultades comunes 

La psicóloga especificó que son pacientes con muchas dificultades y problemas sociales, pues no tienen patrones de conducta habituales. No hacen las tareas, pelean por alterar el orden del juego, no respetan el turno, entre otras cosas, que los indisponen. 

"Terminan o en la coordinación de convivencia o con el psicólogo. Tienen que asumir las consecuencias de sus actos. Así, en su percepción, el niño se alimenta de cosas negativas: 'Soy el desobediente, el grosero'. Sus padres están señalándolos constantemente y diciéndoles que se tienen que portar bien, lo que agobia más. Hay que valorar muy bien y mirar si todo no es propio de esa naturaleza de ser niños". 

Vale la pena cuestionarse, según Hidalgo, si es real o no el trastorno en todos los niños que están diagnosticados. La psicóloga invitó a reconocer las conductas propias de la infancia y a calificar hasta que punto esa 'hiperactividad' deja de ser la característica propia de un niño. 

"Se nos está olvidando cómo son los niños. Los queremos quietos, pausados, etc, cuando ahora son más propositivos, muy inteligentes. ¿Son ellos o nosotros los que nos tenemos que adaptar?. No podemos caer en el error de encasillarlos en una condición, de medicarlos cuando no se necesita. 

Bienvenida la rutina 

Los pacientes con TDAH son niños que necesitan vidas rutinarias, requieren de prácticas que terminen siendo hábitos para ellos y todo el grupo familiar. Hidalgo invitó a enseñarles métodos de estudio. Resaltó que son buenos en ciertas áreas de estudio y para los deportes. 

Vale la pena procurarles espacios propicios a su condición: "Sus habitaciones deben ser de tonos claros, que le generen al niño tranquilidad. No deben tener dispositivos electrónicos, esto para evitar distractores en el descanso. Nada de afiches colgados en la paredes, no se les puede saturar tampoco con muñecos, cuadros, etc. Los cuartos deben ser tranquilos, que no les genere caos para que esté apaciguado". 

Hidalgo llamó a los docentes y a los padres a que se preparen en TDAH para que puedan dirigir, de mejor forma, a los chicos que lo tengan. Mencionó que eso sirve para que hagan la lectura correcta de la necesidad, lo que puede variar entre un niño y otro. 

"Con un paciente diagnosticado con TDAH hay que tener mucho cuidado, pues se pueden hacer mucho daño ellos mismos o hacérselo a otros. No miden sus movimientos, sus intenciones. No son conscientes en un 100% de lo que están haciendo". 

Sobre la Clínica Atencional 

En el Hospital Infantil Rafael Henao Toro y en la Clínica San Juan de Dios, en convenio con algunas EPS, trabajan en la Clínica Atencional. Se trata de un espacio que se abre -una vez al mes- para los menores diagnosticados y en el que se reúnen varios especialistas. En una misma jornada hacen las terapias y asisten a talleres propios de la condición que padecen. Esto también para los progenitores. Esto lo retroalimentan a las instituciones educativas.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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