Tenemos cosas que no necesitamos, pero necesitamos cosas que no podemos pagar

“Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”. 

Recientemente me encontré con un interesante artículo del Washington Post, donde se demostraba como en Estados Unidos, las cosas que realmente necesitan las personas son más caras, mientras que el resto de las cosas son más baratas.

Así es como aquellos gastos relacionados con educación, salud, alimentación y vivienda presentan incrementos sostenidos por arriba de la inflación, mientras que televisores, juguetes y celulares son más baratos en términos relativos.

No pude dejar de pensar en la situación de algunas zonas del país, donde es común encontrarse con escenas como la casa con piso de tierra y la nevera vacía pero con el televisor de última generación UHD de 60 pulgadas. Debo confesar que yo mismo me he encontrado con la boca abierta en la sección de tecnología del supermercado pensando que solo un “tarjetaso” me aleja de la maravilla de los televisores curvos, luego me acuerdo que la tasa de usura está en el 32% y se me pasa.

¿Entonces somos los colombianos desordenados a la hora de comprar?, ¿será que somos una manada de irresponsables, presas del consumismo o existe algo más de fondo?

El siguiente gráfico muestra la evolución del precio de algunos bienes y servicios de la economía colombiana desde al año 2009 y nos muestra una situación similar a la de Estados Unidos, donde la línea negra es la inflación total y las otras líneas muestran el desempeño de los precios relativo al IPC:


Encontramos con tristeza que aquellas cosas indispensables para vivir y desarrollarnos dentro de la sociedad son aquellas con incrementos sostenidos en los precios (educación, salud, alimentos y vivienda), mientras que televisores y equipos de telefonía son hasta 60% más baratos hablando en términos reales. Es entonces cuando nos damos cuenta que tal vez nuestros hábitos de consumo son consecuencia de la evolución de los precios de las cosas y no al revés, que si la educación costara 50% menos y los televisores 50% más, pues nos dedicaríamos a estudiar y veríamos menos televisión, tal vez, pero eso nunca lo sabremos.

La explicación a este fenómeno está dada por la evolución tecnológica en el mundo de las manufacturas y la competencia global, por ejemplo, la oferta de prendas de vestir baratas desde China e India ha presionado a los productores locales a ser más eficientes en sus procesos para poder competir con precios; de igual forma sucede con electrodomésticos y vehículos; mientras que con la vivienda y la educación es diferente, ya que físicamente no se pueden importar terrenos ni universidades (aunque la educación en línea este ganando terreno). Es realmente preocupante que se acentúe esta tendencia en los precios, ya que solo agranda la diferencia entre ricos y pobres donde el acceso a educación de calidad es sin duda alguna el elemento diferenciador.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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