En los albores de una guerra comercial entre los Estados Unidos y el resto del mundo, la administración Trump ha emprendido un enfrentamiento que puede tener perdedores y ganadores.
Este conflicto plantea sin embargo un cuestionamiento pertinente en saber ¿a quién aprovechan más estos acuerdos comerciales ?. Y hay que reconocer que el presidente Trump no está del todo equivocado.
Sin embargo no se vaya a creer que apoyo a Trump. Es en mi opinión un personaje demagogo, engreído, y que ante todo no piensa más que en su imagen . Sin embargo, su discurso contra los tratados comerciales parece gustar a los trabajadores, y esto por varias razones. La pregunta es simple : ¿A quién aprovechan estos tratados?
Desde luego, todo depende del punto de vista donde se ubique. Si se ponen por ejemplo las gafas de oro de los accionistas o banqueros, TLCAN es un tratado increíble. Permite a los grandes industriales trasladar su producción a países donde la mano de obra es barata como México y China, reducir los costos de producción aumentar sus ventas, y esto sin penalizaciones o tarifas suplementarias. Todo para su beneficio.
Desde el punto de vista de los trabajadores los beneficios son compartidos. Las ciudades que reciben a las empresas que trasladan dan empleo a su población y contribuyen con la estabilización del tejido social. Para las que pierden sus empresas hay evidentemente pérdida de puestos de trabajo, desempleo e inestabilidad social. Es en este punto en el que Trump gana puntos ante su base electoral.
Hay un tercer punto de vista que sin embargo no se puede pasar por alto y es el del medio ambiente. Si se llevan anteojos verdes, se constata enseguida que los acuerdos comerciales son para la mayoría nefastos para el medio ambiente. El alejamiento de los lugares de producción de los artículos con respecto a su punto de venta requiere un aumento del número de vehículos de carga y de distancias recorridas y contribuye así a aumentar la contaminación mundial, a más de crear problemas de tráfico.
En un mundo ideal y responsable, sería necesario tratar de producir y consumir de forma local a fin de reducir al máximo la huella de carbono generada entre otros por el transporte de mercancía.
Hoy, un fresa producida en California, qua atraviesa todo el continente para llegar a nuestros estantes, es menos cara que una fresa producida en la isla de Orleans, situada a sólo algunos kilómetros. ¡ Eso no es normal !
Desde luego, en este simple ejemplo, hay otros factores a considerar como los costos de producción o aún las economías de escala de las grandes producciones que vienen en consideración en el precio, pero es preciso preguntarse sin embargo cuáles son nuestras prioridades : debemos favorecer las ganancias de los grandes productores e industriales o velar por las pequeñas empresas locales, dar trabajo a nuestra gente, estabilizar nuestro tejido social e indirectamente mejorar el medio ambiente ( no se lo diremos…).
Una solución que podría ser interesante es desarrollar un modelo económico de barreras tarifarias no entre los países, sino en función de la distancia entre el lugar de producción y el de entrega de los productos o aún en función de la huella de carbono de los productos. Por ejemplo, una bicicleta hecha en China debería tener una tarifa más elevada que una fabricada en Le Maine, y ésta última debería tener una tarifa superior a la elaborada en Saguenay. En resumen, mientras más elevada sea la huella de carbono, más altas debieran ser las tarifas. Esta huella de carbono sería obviamente medida por las distancias recorridas, lo que es en principio el objetivo de la bolsa de carbono actual.
Este planteamiento sería similar a la bolsa de carbono actual . Esta bolsa permite “gravar” , de cierta forma, la producción, según la cantidad de carbono generado por una industria. En el modelo propuesto, no sólo se pondría una tarifa a la producción , sino también a la distribución. ¿Y por qué no sobre su uso (ej : vehículo eléctrico c. a gasolina) ?
Se que esta solución sería quizá difícil de aplicar , pero el avance tecnológico en los métodos de trazabilidad de los productos bien podría hacer el concepto realizable. En mi opinión el modelo económico podría ser estudiado