Si hay algo que logra desencadenar la irritación de una persona frente al volante son las maniobras agresivas de otros conductores, como el manejo en zigzag, las frenadas intempestivas y los adelantamientos imprudentes. Esta realidad, habitual en Colombia, y en ciudades como Bogotá, fue probada científicamente no hace mucho por el Centro de Adicción y Salud Mental (Camh), de la Universidad de Toronto (Canadá), que encontró que el estrés y la ira duplican la posibilidad de sufrir un accidente de tránsito.
El tema es tan grave que ya es considerado un problema de salud pública global, pues estos accidentes son la octava causa mundial de muerte en el mundo, según el informe Situación Mundial de la Seguridad Vial 2013, de la Organización Mundial de la Salud.
Esa misma fuente reporta 1,24 millones de muertes el último año, causadas por accidentes de tránsito (5.700 de ellas en Colombia).
Pero el estudio canadiense buscaba identificar los factores anímicos que pueden generar un accidente en carretera; también encontrar métodos para prevenir la denominada ‘ira vial’.
Buscaban, además, fórmulas para ayudar a la gente a mantener la calma y prevenir una conducción peligrosa, tanto si se es el protagonista o el testigo de esta clase de maniobras imprudentes, evitando incurrir en ellas o en actitudes o conductas vengativas, que también generan accidentes.
Para ello analizaron más de 5.000 comentarios publicados entre 1999 y el 2007 en un sitio Web que recoge las quejas relacionadas con una conducción vehicular agresiva o insegura en ese país. Y encontraron que el 54 por ciento de estas se referían a conductores que adelantaban o salían y entraban del tráfico, en tanto que el 29 por ciento de los comentarios se relacionaban con conducción a altas velocidades, y el 25 por ciento dejaba constancia de su malestar ante la agresividad de otros conductores.
En opinión de Christine Wickens, al frente del equipo investigador, en los casos extremos una acción agresiva por parte de un conductor puede llevar a que otros tengan conductas hostiles. Por eso aconsejan a los conductores tomar medidas para conservar la calma mientras conducen, como respirar profundo, permanecer tranquilos pese a la hostilidad y hacer todo lo que sea necesario para no dejarse ganar de la ira. “La gente con estrés –dice el estudio– tiene una actitud más competitiva y una disminuida percepción del riesgo”.
Para Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (España), “las situaciones estresantes al volante implican la aceptación de mayores niveles de riesgo, una mayor trasgresión de las normas de tráfico y un menor respeto de las distancias de seguridad”. En Colombia, según el Fondo de Prevención Vial, el estrés es la segunda emoción que más sienten los colombianos a la hora de conducir su vehículo. Esta entidad dice que el 67 por ciento de los colombianos asegura que manejar ‘les saca la piedra’. El problema es que ello puede ser mortal.
Bogotá, con 571 muertes
Según la Secretaría de Movilidad, en Bogotá fallecieron en 2012, 571 personas en accidentes de tránsito; 75,4 por ciento peatones y motociclistas. También hubo 16.805 lesionados; el 14 por ciento requirió traslado a centros médicos.
Cómo atajar el estrés y la ira mientras conduce
Organícese
Una forma de prevenir el estrés en las vías es organizarse mejor. Identifique previamente las rutas y horarios más convenientes, salga con tiempo suficiente y asuma que tendrá que acomodarse a un tráfico pesado.
No pite
No mire insistentemente su reloj. Ni eso, ni pitar con insistencia, gritar o ser hostil con otros conductores, puede hacer que el tráfico fluya más rápido. En cambio sí se puede convertir en generador de agresiones.
Cálmese
Si otro conductor asume una actitud agresiva, cálmese. Respire profundamente por la nariz, lleve el aire a su estómago y cuente hasta cuatro; luego llévelo a su pecho y cuente hasta cuatro, y por último exhale lentamente por la boca.
No hable por celular
Conducir exige concentración y llevar a cabo maniobras de manera permanente. No se cargue con otras tareas, como hablar por celular, enviar mensajes de texto o pelear con otra persona en su carro.
Use transporte público
No es el trayecto lo que nos estresa, sino el tiempo que pasamos en el auto. El estrés que sentimos dentro del vehículo ocasiona el problema de mantener el control, lo que no ocurre con el transporte público.