¿Cuántas veces nos hemos quedado hasta tarde, frente al computador, asumiendo que completar una montaña de correos o reuniones interminables era sinónimo de compromiso, productividad y éxito? Hace décadas adopté ese patrón: como ingeniero de sistemas, administrador de empresas y mentor, creí que cuanto más trabajaba —más horas acumulaba— mayor valor entregaba. Y sin embargo, la vida me enseñó lo contrario. Hoy, tras más de 30 años al servicio de líderes, emprendedores y organizaciones, veo con claridad que ese paradigma está en crisis: más horas no significa mejor eficiencia.
Recientemente, un artículo de La República tituló con precisión: “Expertos afirman que trabajar más horas no se traduce en mayor eficiencia laboral”. En él se expone cómo, a nivel mundial, la cultura de la hiperproductividad —el ego del “estar conectado todo el día”, “rendirse ante la agotadora velocidad”— ha minado la salud del cuerpo, de la mente y del alma. Como reformador humanista, mi mirada se sitúa en ese territorio límite donde la tecnología, la empresa y la espiritualidad convergen. Porque trabajar bien no es cuestión de horas, sino de sentido, coherencia, presencia.
Recuerdo un caso que marcó ese aprendizaje: hace unos años acompañaba a una empresa de servicios TI que había adoptado jornadas extensísimas —10, 12, 14 horas— bajo la idea de “trabajo duro = resultados”. Pero los indicadores decayeron: errores crecieron, la rotación aumentó, el entusiasmo se volvió fuga de talento. En ese proceso, incorporamos un cambio radical: implementamos pausas activas, desconexión digital, flexibilización de horarios. En seis meses, esos técnicos rindieron más, con menor estrés; sus proyectos se entregaron con mayor calidad. Tal como lo señala el artículo, las organizaciones que reconocen al bienestar como activo —y no accesorio— alcanzaron mejoras cercanas al 21 % en rendimiento.
Ese cambio no fue sólo tecnológico o administrativo: fue espiritual y humano. Aprendimos que cada uno de nosotros tiene un “ritmo biológico” —un reloj interno— que no se respeta cuando la empresa exige “hacerse todo el día”. Los especialistas alertan que ese desequilibrio incrementa riesgos de enfermedades cardiovasculares, trastornos del ánimo, fatiga permanente. Cuando lideras una organización desde la conciencia, entiendes que la eficiencia no es “muchas horas”, sino “las horas bien vividas”.
Desde la visión de “Maestro Reformador Humanista” que he cultivado, sostengo que la integración de la espiritualidad, la tecnología y la empresa exige un cambio de mentalidad: dejar de asociar valor con estar ocupado. En lugar de eso, abrirnos al "estar presente", al “hacer desde el propósito”, al “trabajar menos pero mejor”. En mi trayectoria desde 1995 con Todo En Uno.Net y luego con la Organización Empresarial del mismo nombre (2021), he visto cómo los líderes más sabios apuestan por personas completas, no por máquinas humanas.
Y aquí aparece también el aporte de la inteligencia emocional y las herramientas de autoconocimiento —como el Eneagrama o la numerología (mi camino de vida 3 me conecta con la comunicación, la creación, la expansión) — para diseñar culturas laborales con sentido. Si un líder está conectado con su “yo” interior, con su propósito, no impulsa jornadas interminables, sino momentos de creación, aprendizaje, colaboración auténtica. Asimismo, la inteligencia artificial y las soluciones tecnológicas no deben usarse para exprimir más horas de trabajo, sino para liberar tiempo, mejorar procesos, posibilitar descanso, liberar creatividad.
Permíteme compartir otra experiencia: en un taller con emprendedores, propuse una actividad: “trabaja en bloques de 90 minutos con descanso de 20, luego desconecta al menos 30 minutos sin pantalla”. Fue sorprendente la reacción: casi todos dijeron “imposible, perderé inercia”. Pero al cabo de una semana, relataron mayor claridad mental, mejores ideas, menos estrés. Eso es eficiencia humana: no saturación. En ese sentido, el artículo lo subraya: “la mente saturada no crea, el corazón sin descanso no late con fuerza”.
Entonces, ¿qué significa para un líder o emprendedor colombiano hoy esta afirmación de que “más horas no equivalen a más eficiencia”? Significa un llamado a la transformación real: a reconfigurar la narrativa empresarial. En nuestro contexto latinoamericano, muchas veces veneramos la “vieja escuela” del trabajo duro sin freno; pero el mundo ha cambiado. Y como ingeniero de sistemas y administrador de empresas, lo técnico ya no es suficiente: lo humano, lo cultural, lo trascendente son la nueva frontera.
Te invito a ver tres claves que emergen como indispensables:
Primera: La calidad del tiempo importa más que la cantidad. En tu empresa, ¿trabajan porque “se ven” las horas o porque se produce valor real, con creatividad, decisión, sentido? Cambia el indicador: de horas a impacto.
Segunda: El bienestar es estrategia, no lujo. Al invertir en pausas activas, descanso, desconexión digital, ganas claridad, fidelidad, innovación. Lo he visto en mi trabajo con organizaciones que han integrado estas prácticas: el cambio se vuelve sistémico.
Tercera: La tecnología debe liberar, no esclavizar. En mis consultorías para empresas de automatización, facturación electrónica y Habeas Data, insisto en que la automatización no debe aumentar el “trabajo superficial” sino reducirlo. Al liberar tiempo, las personas pueden dedicarlo a la reflexión, al diseño, al liderazgo.
En el plano personal, es una invitación a escuchar tu cuerpo, tu emoción, tu alma. ¿Cuántas noches te has quedado trabajando y al otro día estás menos creativo, menos vital? Como mentor, he acompañado ejecutivos admitiendo entre dientes: “Si me paro a descansar me siento culpable”. Esa culpa es cultural. Pero no es virtuosa. El descanso no es la antítesis del éxito: es uno de sus pilares.
También desde una mirada cultural, en Colombia y América Latina, celebramos muchas veces “el que más horas le mete”. Pero la verdadera celebración está en el impacto, en el legado, en la sostenibilidad de tu gestión y de tu vida. Cuando una organización exige jornadas extremas está sembrando desgaste, no excelencia. Y cuando un líder impulsa descanso, presencia y propósito, está sembrando sabiduría, no solo productividad.
En este dilema aparece la espiritualidad: el trabajo es un servicio, no una prisión. Cuando trabajas con sentido, con amor y responsabilidad — elementos clave que cultivamos en la filosofía de Todo En Uno.Net — entonces cada hora, cada pausa, cada decisión toma un carácter sagrado. Y desde esa sacralidad emerge eficiencia, innovación, humanidad. Integrar empresa con alma, tecnología con compasión, cultura con creatividad: ese es el camino.
Si hoy eres líder, emprendedor o colaborador, te propongo este ejercicio reflexivo: escribe cuántas horas trabajaste esta semana, y luego escribe cuántas de esas fueron productivas, creativas, con energía renovada. Verás probablemente una brecha. Esa brecha es tu llamada interior a cambiar. Porque la vida no espera, los equipos no esperan, la era de la automatización consciente exige que lideremos desde la presencia, no desde el agotamiento.
Entonces, haz algo nuevo: considera implementar en tu organización —o en tu vida— un “momento inhibitedo” de 15-20 minutos sin pantallas, al menos una vez al día, para respirar, para escuchar, para recomponerte. Y pregúntate al final del día: ¿hoy agregué valor real o solo horas más? Si la respuesta es lo primero, estás en la senda correcta. Si es lo segundo, estás invitado al cambio.
Hoy cierro con una reflexión inspiradora: el verdadero líder no es el que más horas trabaja, sino el que hace que cada hora cuente, que cada pausa regenere, que cada persona crezca. Cuando honras el descanso, honras el ser humano. Cuando valoras la calidad sobre la cantidad, valoras la vida. Y cuando integras empresa, tecnología y espiritualidad, transformas el mundo.
Llamado a la acción: Si este mensaje resonó contigo —ya seas líder, emprendedor o profesional en búsqueda de transformación— te invito a agendar una charla directa conmigo a través de este enlace:
Agendamiento: AQUÍ
Facebook: Julio Cesar Moreno D
Twitter: Julio Cesar Moreno Duque
Linkedin: (28) JULIO CESAR
MORENO DUQUE | LinkedIn
Youtube: JULIO CESAR MORENO DUQUE - YouTube
Comunidad de WhatsApp: Únete
a nuestros grupos
Grupo de WhatsApp: Unete a nuestro Grupo
Comunidad de Telegram: Únete a nuestro canal
Grupo de Telegram: Unete a nuestro Grupo
Blogs: BIENVENIDO
A MI BLOG (juliocmd.blogspot.com)
AMIGO DE. Ese ser supremo
en el cual crees y confias. (amigodeesegransersupremo.blogspot.com)
MENSAJES SABATINOS
(escritossabatinos.blogspot.com)
Agenda una
sesión virtual de 1 hora, donde podrás hablar libremente, encontrar claridad y
recibir guía basada en experiencia y espiritualidad.
👉 “¿Quieres más tips como este? Únete al grupo exclusivo de WhatsApp o
Telegram”.
