¿Quiero que me traten así? ¿Conozco de verdad a la persona con la que comparto mi vida?
¿Esto vale la pena? ¿Nos estamos distanciando? ¿Hacia dónde vamos juntos?
Hay dos momentos del año donde hay más separaciones: después de vacaciones y después de Navidad. Esto suele ser porque estamos más tiempo con nuestra pareja y nos hacemos más preguntas.
No hay parejas perfectas, todas tenemos problemas, lo importante es si estos atacan las bases de la relación o si sabemos gestionarlos.
Para poder hacerlo esas preguntas son importantes, no dejes de hacértelas porque sean incómodas.
Y asumo que son incómodas porque ni tú ni yo aprendimos a que eran algo normal ni a saber qué hacer con ellas...
Desafortunadamente hemos aprendido estupideces del tipo:
- El amor lo puede todo.
- Todo se cura con el tiempo.
- Hay que darlo todo en pareja.
- Etc.
Y no, ni el amor puede con todo, ni si tienes una herida que permanece abierta por cómo te sientes en pareja se sanará mágicamente, ni tienes que darlo todo (y recibir casi nada)...
Para estar mejor con nuestra pareja hay que hacer algo poco popular: tomar decisiones.
Hay que mirar dentro y llevar al consciente quién soy yo en relación y quién soy sin ella, qué he aprendido sobre las relaciones, cuáles son los valores a los que no estoy dispuesta a renunciar por nadie, cómo está mi autoestima, qué puedo hacer para comunicarme mejor con mi pareja, de qué manera puedo estar juzgando a esa persona de manera injusta, en qué estoy cediendo que me hace daño...
Parecen preguntas sencillas, pero son bastante profundas y NECESITAS HACÉRTELAS.
Porque si las parejas fueran algo sencillo estarías rodeada de parejas sanas y felices y dudo mucho que sea así.
¿O me equivoco?