La clave está en practicar estas acciones: explorar, cambiar, innovar, mejorar, soltar lo que pesa, sorprender.
1 Le dan prioridad al amor y a su relación, no al trabajo o lo externo. De algún modo siguen siendo novios y conquistándose. Lo importante es su Ser y no el tener O sea, le dan más importancia a sus relaciones que a sus posesiones.
No son de ese grupo de personas inconscientes que cambian salud y vida por cheques. Saben que hay que mantener leña en la hoguera de la pasión, y la sexualidad fortalece su relación amorosa.
2 Se enfocan en las cualidades y lo positivo, y no en los vacíos o fallas del otro. No sueñan con una relación perfecta y hacen acuerdos de mutuo beneficio en los que ninguno pierde y los dos ganan.
Aceptan que en toda relación hay crisis y las manejan sin culpas estériles.
3 Con resiliencia superan los tiempos oscuros porque saben que son normales y que enseñan algo.
Aceptan que el amor tiene estaciones y amar es una labor de jardinería. Por eso hay flores en la celebración y en las manos de la novia. Un buen jardinero sabe superar sequías, tormentas o plagas.
4 Saben comprender y perdonar para amar en el ahora.
No permiten que un ayer amargo siga siendo presente con el veneno de los odios, las culpas o los rencores. Una relación no fluye si se maneja con espejo retrovisor, y lo sano y sabio es estar en paz con el ayer. Solo con un perdón compasivo hay felicidad y armonía.
5 Abren espacio en su relación a Dios y lo espiritual. No es lo más común, pero está demostrado que siendo más espirituales somos mejores personas y más felices.
En general el humano dedica muy poco tiempo a nutrir su espíritu y a tener presente a Dios en su caminar. Cuando una pareja medita, siempre vive mejor y tiene herramientas para superar los tiempos aciagos.
6 Saben renovarse, se dan gratas sorpresas y destierran la rutina que es el óxido del amor. Una relación con más y más de lo mismo es predecible y está en cuidados intensivos.
Hay que salir de la zona de confort y ser creativos en todo. La clave está en practicar estas acciones: explorar, cambiar, innovar, mejorar, soltar lo que pesa, sorprender.
7 Dedican tiempo a aprender el arte de una buena comunicación rica en respeto, en el arte de escuchar y en la empatía. El éxito de una relación depende mucho de una comunicación asertiva, empática y positiva.
Están alerta con el lenguaje negativo que es tan común: No puedo, todo es tan difícil, no olvides eso, no me quieres, nada me sale bien, siempre me juzgas, etc. Aprenden a escuchar con los ojos y están pendiente de los gestos porque son más elocuentes que las palabras. Logran que su comunicación sea amorosa y compasiva, exenta de peleas, discusiones o injurias.