La importancia del ocio en estos días de vacaciones.
¡Días de descanso! Un espacio para el ocio es fundamental para el desarrollo de los niños.
Cursos en línea, vacaciones recreativas, prácticas deportivas e incluso refuerzos escolares son algunas de las posibilidades que barajan madres y padres de familia para mantener a los niños ocupados en la temporada vacacional de fin de año. Cronogramas llenos hasta las festividades suelen ser la solución para los adultos que no tienen el mismo tiempo de descanso que sus hijos.
Pero ¿dónde queda el descanso? El ocio merece un espacio importante en la agenda diaria de niños, niñas y adolescentes y, por lo tanto, es necesario que las personas a su cargo no los llenen de tareas y labores por estas fechas.
Angélica Bernal, psicóloga e investigadora de la Universidad Javeriana, explica que los momentos de descanso son indispensables para el desarrollo de los seres humanos, y no solo durante los periodos de vacaciones, sino diariamente, pues “el tiempo de ocio aporta beneficios a nivel físico, emocional, cognitivo y social”. Algunos de los que menciona la investigadora son el fomento de la creatividad y de los espacios de reflexión interior. Además, mejora la parte cognitiva respecto a la motricidad, la coordinación, la memoria y previene el estrés.
El juego es la mayor manifestación o expresión de esa dimensión lúdica del ser humano.
Lúdica, ocio y juego
Irma Salazar Montenegro, gerente técnico de la Corporación Juego y Niñez, señala que hay una diferencia entre la lúdica, el ocio y el juego, que debe ser tenida en cuenta por madres y padres a la hora de organizar con sus hijos un cronograma de actividades diarias en vacaciones.
“El concepto de lúdica proviene del latín ludus, que significa ‘juego’, por lo que regularmente se la asocia a esta experiencia; sin embargo, la lúdica reúne muchas más experiencias, como la recreación y el ocio, entre otras. Por su parte, el juego es la mayor manifestación o expresión de esa dimensión lúdica del ser humano, es una actividad libre, creativa y placentera que tiene un espacio, un lugar y unas reglas propias. El ocio, por su parte, es toda forma en la cual el ser humano ocupa su tiempo libre, ese tiempo que no está dedicado ni al trabajo, ni al cuidado de personas, ni a la salud ni al sueño. El ocio puede ser activo o inactivo, pero aporta al desarrollo personal fuera de la realización profesional”, puntualiza.
El tiempo de ocio aporta beneficios a nivel físico, emocional, cognitivo y social
Esta diferencia es relevante, pues, como señalan las expertas, para muchos padres de familia el tiempo que los hijos pasan jugando es igual a tiempo de ocio, pero la inactividad es también una expresión del ocio que merece su espacio en la cotidianidad y no es lo mismo ir a una clase de patinaje que permanecer acostados descansando.
“Las vacaciones son un tiempo libre que debería estar destinado al descanso, a la recuperación de esa fatiga que causa normalmente el esfuerzo del colegio y de los extracurriculares. No está mal que estén inscritos en algunas clases, pero es fundamental que también tengan tiempo para actividades libres y de juego que ellos puedan elegir y usar su creatividad”, añade Diana Carmona Henao, coordinadora de Niñez Ya Antioquia.
En ese sentido, Carmona y Salazar coinciden en que, sin importar la edad, los niños y niñas deben ser tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones de las actividades a las que destinarán su tiempo. Por ejemplo, si los inscribirán a unas vacaciones recreativas, el primer paso debería ser consultarles si ese tipo de planes les llaman la atención o si tienen alguna alternativa en mente.
De igual forma, la construcción del horario de actividades diarias es clave para la temporada vacacional, pero se debe hacer en conjunto y no debe ser impuesta desde la óptica de los adultos.
“Es muy importante que las niñas, niños y adolescentes desarrollen al máximo su dimensión y potencial lúdico porque es desde ahí donde pueden lograr su máximo potencial creativo, cognitivo, social y motor. Pero además, al desplegar esta dimensión, la niña, el niño son felices y esta es una sociedad que necesita que ellas y ellos sean felices y autónomos”, agrega Salazar.
Expertos recomiendan que los niños y niñas realicen actividades artísticas que desarrollen la creatividad.
La desconexión digital
De acuerdo con un estudio de Tigo mencionado por la Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas, en Colombia los niños y las niñas pasaron de estar conectados 3 a 5 horas cada día, mientras que los adolescentes pasaron de 5 a 7 horas diarias después de la pandemia, y aunque estas dinámicas se han reorganizado con el regreso a los colegios, siguen pasando tiempo en celulares, televisores, tabletas y computadores.
En ocasiones somos los adultos quienes estamos conectadas mucho de nuestro tiempo al celular, al computador, a las redes sociales, por lo tanto, no podemos pedir que hagan lo que nosotros no hacemos
Frente a este panorama, la coordinadora de Niñez Ya Antioquia asegura que no se debe satanizar ni prohibir, pero hay que tener en cuenta la edad y los contenidos a los que tienen acceso.
“No es igual en la primera infancia que en la adolescencia. Hay que tener en cuenta los contenidos y los tiempos porque también deben dedicarlos a otro tipo de actividades. Si les preocupa su tiempo en pantalla, se pueden incluir en el cronograma con periodos delimitados”, recomienda.
Sobre el uso de la tecnología por parte de las niñas, los niños y adolescentes, Salazar asegura: “Las personas adultas debemos comprender que es el medio propio de este momento y no podemos negarnos a esta realidad, sino, por el contrario, debemos conocerla muy bien para no caer en juicios basados en la poca información”. Y añade que el ejemplo es clave a la hora de poner reglas. “En muchas ocasiones somos las personas adultas quienes estamos conectadas mucho de nuestro tiempo al celular, al computador, a las redes sociales, por lo tanto, no podemos pedir que hagan lo que nosotros no hacemos”.
Carmona también recomienda hablarles de los riesgos que pueden afrontar en la red desde que son pequeños.
Por su parte, la psicóloga Angélica Bernal aconseja poner en práctica estrategias como tener una caja exclusiva para recoger los teléfonos en los momentos en los que se va a pasar tiempo en familia y que todos los miembros depositen allí sus dispositivos.
“Verifique que durante el desarrollo del día el uso de pantallas no este alterando el desarrollo de otras actividades como el ejercicio, la interacción social, los espacios de comida o los momentos de la noche para ir a dormir”, recomienda.
Las expertas concuerdan en que las vacaciones son un buen momento para fortalecer las relaciones en familia, compartir y escuchar las necesidades de los demás desde el respeto y con límites claros.
“Todas las familias somos muy distintas y hay normas en casa, pero en vacaciones se pueden flexibilizar un poco; así como los adultos sentimos que necesitamos un poco más de sueño, tiempo para estar en pijama y haciendo pereza, ellos y ellas también lo necesitan”, concluye Diana Carmona.