La falta de amor propio está en muchas ocasiones ligado a traumas sin resolver del pasado, lo que hace que nos concibamos como nuestro peor enemigo y alguien que no es digno de ser amado. Sin embargo, esta situación puede ser tratada y revertida
Sentir que no vales para nada y que no mereces el amor de nadie es una de las peores sensaciones que alguien puede experimentar. Dicen que la cabeza es nuestro peor enemigo, y en el caso de las personas que se autodesprecian, es completamente cierto.
Se trata de personas que han creado una historia en la que su propia cabeza les dice que no son dignos de nada, como si tuviesen una voz demoníaca dentro que les fuese recordando cada día los aspectos negativos de sus vidas. Y así, poco a poco, van entrando en un bucle de odio a sí mismos del que es muy difícil salir.
¿Qué es el autodesprecio?
La RAE define el desprecio como "desestimación, falta de aprecio", por lo que el autodesprecio sería la falta de aprecio a uno mismo.
Se trata de un estado psicológico en el que una persona se ve insuficiente, tiene baja autoestima, cree que no merece ningún tipo de aprecio y, en general, tiene una visión de sí misma mucho más negativa de lo que realmente es.
¿Por qué ese odio a la propia persona?
Hay casos en los que no se sabe de dónde viene ese odio a uno mismo, pero en la mayoría de las ocasiones, estos problemas vienen de traumas del pasado sin resolver -especialmente de la infancia- o del arrepentimiento por situaciones pasadas.
Por ejemplo, si en la infancia y adolescencia has vivido en una familia estricta en la que no recibías muestras de afecto ni reconocimiento, es muy posible que después hayas acabado pensando que no eres merecedor de ningún tipo de afecto o reconocimiento y que tú te hayas vuelto el más crítico contigo mismo.
Autodesprecio: síntomas
Ahora bien, ¿cómo puedo reconocer si soy una persona que se autodesprecia o simplemente tengo momentos de bajón como todo el mundo? Estos son los síntomas clave:
Baja autoestima: no quererse a uno mismo
No hay síntoma más claro de despreciarse a uno mismo que no tenerse amor propio. La falta de autoestima es un claro reflejo de que algo falla dentro de nuestra mente, ya que si no somos capaces de querernos a nosotros mismos no podremos querer a nadie más, ni tener relaciones sanas con el resto, ni crear ambientes positivos de ningún tipo.
Los actos que realizamos no están bien: surge el crítico interno
Otro síntoma claro de las personas que se odian a sí mismas es que son extremadamente críticas consigo mismas, algo que ya dejaban a la vista estudios en los años 70. De esta manera, uno mismo se enjuicia por cada acto, se culpabiliza por cada mínimo error y se repite constantemente que no vale para nada.
Cómo dejar de despreciarnos
A pesar de todo esto, es posible trabajar este tema y así evitar que esto derive en cuestiones más graves y complejas, como ansiedad o depresión. Los puntos clave para dejar de despreciarte son:
Creación de un diálogo compasivo
Una forma de empezar a trabajar es crear un diálogo con esa voz interna que nos va poniendo piedras en el camino. Sin embargo, hay que detectar cuáles son esas ideas más negativas y empezar a hablarnos con un poco más de afecto, respeto y compasión.
Proponernos nuevas metas personales
Al entrar en ese bucle negativo, muchas veces no se consigue ir más allá y, pensando que no se merece nada más y que no se sirve para nada, no se intenta conseguir nada fuera de las rutinas. Sin embargo, para mejorar siempre es mejor proponerse nuevas metas del tipo que sea, ya que conseguirlas mejora la autoestima.
¿Necesitas contactar a un especialista?
A veces, el bucle en el que hemos entrado es tan grande que por mucho que nos pongamos metas y tratemos de hablarnos mejor no es suficiente. En ese momento es hora de ponernos en manos de un porfesional que nos aconseje y nos guíe en el camino para dejar de odiarnos.
El autodesprecio u odio a uno mismo es algo muy complicado que puede llegar a convertirte en tu peor enemigo. Sin embargo, no todo está perdido, hay cosas que puedes hacer para mejorar tu autoestima y, por ende, la visión que tienes de ti mismo.