“Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco”, decía Frida, uno de los iconos más admirados en la historia de la lucha por los derechos de la mujer.
¿Qué más se puede decir de una mujer que fue muchas mujeres, la artista brillante, la devota esposa, la divertida amante, el referente intelectual… Más de 60 años después de su muerte, la célebre artista sigue generando una admiración sin igual. Definida por la Tate Modern de Londres como “la artista femenina más famosa de la historia” y cuyos homenajes a su figura no dejan de sucederse, Frida Kahlo es aún hoy, y quizás más que nunca, un referente femenino y humano.
Susana M. Vidal, autora de Efecto Frida (Espasa) afirmaba que la artista mexicana “es el rostro más conocido de la cultura popular durante los últimos cien años, junto al Che Guevara y a Marilyn Monroe”. La autora identifica a Kahlo por representar un sinfín de personalidades diferentes en una sola persona, con las que muchas personas, y en especial mujeres, se han sentido y se sienten identificadas.
Y es que todo en Frida refleja una constante lucha entre opuestos, una dualidad siempre presente que halló en sus admirados antepasados precolombinos y que dejaba traslucir tanto en sus cuadros como en su forma de ser: sol y tormenta, noche y día, dolor y belleza, vida y muerte. Desde su infeliz infancia al doloroso accidente que la transformaría para siempre, y que la desdobló en dos mujeres: el icono, y la artista liberada.
En una época en la que el empoderamiento de la mujer y la lucha por la igualdad de género se sienten con un ímpetu como no hacía años, repasar algunas de las lecciones vitales que nos legó Frida resulta más pertinente que nunca.
1. Lealtad no implica fidelidad
El matrimonio de Frida con el artista Diego Rivera no fue precisamente un paseo por el campo. Engaños e infidelidades se sucedían constantemente, y hasta llegaron a divorciarse en una ocasión, para volver a casarse cuatro años más tarde. Pese a todo, Frida siguió siendo siempre su compañera inseparable. Pese a que ella no logró perdonar que Diego la traicionase con su propia hermana, finalmente lograron reconciliarse. Ahora bien, en esta ocasión fue bajo los términos de Frida.
2. Conviértete en tu propia musa
Frida protagoniza casi el 50% de sus obras. De ella se cuentan hasta 55 autorretratos, pues, tal y como ella misma aseguraba, el contemplar su propia imagen la hacía sentirse menos sola. M. Vidal, a este respecto, concluye que Frida “deseó dejarse a sí misma como el mejor legado para que la historia la resucitara y le devolviera la gloria que la vida le arrebató”.
3. Enamórate de tus defectos
La artista consiguió también hacer de sus defectos su propia firma personal, y recalcó cómo lo imperfecto puede resultar bello: “la belleza y la fealdad son un espejismo. Todos terminan viendo nuestro interior”, decía Frida. En una época en la que los convencionalismos sociales regían con fuerza, especialmente, la vida de las mujeres, ello consiguió huir de los clichés y mostrar al mundo su “yo” más auténtico.
4. Feminismo y feminidad no son incompatibles
Frida celebró durante su vida su esencia más femenina sin dejar de llevar una existencia en pos de los valores feministas. Es gracias a mujeres como ella que hoy en día el concepto de feminismo y de feminidad se complementan y se comparten, huyendo así del estereotipo de la mujer feminista con rasgos masculinos (pelo corto, sin depilar, etc.). Frente al avasallador éxito de su marido, la artista consiguió su relación matrimonial en libertad y se resistió a presentarse como sumisa y dulce ante la sociedad. Al tiempo que hacía alarde de su feminidad a través de sus atuendos y sus complementos, potenciaba también sus rasgos masculinos (exagerando sus cejas y bigote, por ejemplo).
5. La muerte no existe si consigues ser eterna
Frida decía que la muerte no existe “porque sólo muere aquél que no vivió. Porque sigue viviendo quien después de muerto produce en los que le continúan sensaciones nuevas, anhelos y deseos”. En efecto, la artista mexicana logró eternizar su imagen gracias a su obra, a su estilo y su personalidad. A día de hoy, estrellas como Madonna o Salma Hayek han expresado su admiración por Frida Kahlo en numerosas ocasiones.