Mantenerse productivo y lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida personal son dos de los grandes desafíos del teletrabajo. Algo que no siempre es fácil teniendo en cuenta que trabajar desde casa tiene muchas ventajas, pero también, inconvenientes. Sin embargo, incorporando algunos a hábitos en tu día a día es fácil lidiar con ellos.
Todos los cambios marcan un antes y un después en nuestras vidas. Y, con el tiempo, en la mayoría de los casos nos damos cuenta de que lo que en un primer momento nos aterra puede superar nuestras expectativas y llegar a convertirse en una experiencia altamente satisfactoria.
Algo así sucedió con el teletrabajo, que llegó a nuestras vidas de forma inesperada a raíz de la pandemia. Una medida que se implantó de forma generalizada en miles de empresas de nuestro país sin experiencia previa que facilitara el salto al trabajo en remoto.
La capacidad de adaptación del ser humano es asombrosa. Por eso, pese al caos inicial, el miedo y la incertidumbre, empleados y directivos se adaptaron rápidamente al cambio. Y así, sobre la marcha (unos con más facilidad que otros), todos fueron adquiriendo e incorporando en su día a día nuevas rutinas y hábitos que ayudaran a sobrellevar una situación totalmente sobrevenida.
No fue fácil. Es cierto. Sin embargo, la necesidad de amoldarnos a la nueva situación, hizo que en tiempo récord aprendiéramos lo que nos habría llevado años.
Ventajas e inconvenientes del teletrabajo
Hoy, algo más de un año después de este giro imprevisible, son muchas las empresas que se plantean mantener el teletrabajo o implantar modelos de trabajo híbridos. Un deseo que cobra mayor fuerza entre los empleados que, una vez vivida la experiencia y vistas las grandes ventajas de trabajar desde casa, quieren conservar ese hábito aunque solo sea durante parte de la semana laboral.
Aunque hay muchos detractores, para la mayoría, el teletrabajo tiene más pros que contras
En general, según las estadísticas, lo que más ha gustado de teletrabajar es el ahorro de tiempo y dinero que supone no tener que desplazarse para ir a la oficina, una mayor facilidad para conciliar la vida laboral y familiar, y la posibilidad de comer comida casera a diario. Y, lo que menos: la ausencia de relaciones con los compañeros, la falta de desconexión mental y la dificultad para finalizar la jornada laboral.
A Marcos Razzetti, experto en eficiencia y negocios digitales y CEO de BlueHack Media Group, no le sorprenden estas respuestas. Y, aunque es un gran defensor del teletrabajo, es plenamente consciente de las dificultades o riesgos que supone a nivel emocional, mental y físico.
“A nivel emocional es difícil lidiar con el tema de estar solo. De hecho, mucha gente que estaba acostumbrada a estar rodeada de otras personas ha comenzado incluso a sentir ansiedad”, afirma. A lo que añade: “A nivel mental y físico, la dificultad está en no saber diferenciar entre el momento de trabajo y el personal”.
No obstante, todos esos obstáculos se pueden salvar incorporando algunos hábitos que te ayuden a alcanzar el equilibrio entre tu trabajo y tu vida personal. ¿Cómo? Poniendo en práctica estos consejos y recomendaciones que Marcos Razzetti aplica también en su día a día.
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Crea un entorno de trabajo agradable
Lo primero que necesitas para teletrabajar es crear un espacio de trabajo en el que sentirte a gusto. Un espacio ergonómico, con una silla cómoda y un ordenador a la altura correcta para que puedas mantener una posición adecuada durante toda tu jornada laboral.
Lo ideal es que sea un lugar que cuente con una buena iluminación natural y/o artificial en el que no haya demasiado ruido exterior.
La música binaural, que ayuda a concentrarse y a desarrollar la creatividad, también puede ser una gran aliada para conseguir un espacio armonioso y agradable.
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Establece un horario
Cortar y concluir la jornada laboral es una de las grandes dificultades a las que se enfrentan los que teletrabajan, que tienen la sensación permanente de que nunca es momento de finalizar. Lo que acaba provocando estrés, ansiedad y otros síndromes laborales.
Esto sucede, comenta Razzetti, “porque damos por sentado que tenemos todo el día para terminar una tarea”. Por eso hay que marcarse un horario y pensar que a las seis o las siete de la tarde (o la hora a la que sea que quieres terminar tu jornada), te vas de viaje y, si no llegas a tiempo, corres el riesgo de perder el avión.
Pero, para poder llegar a tiempo, finalizar a la hora prevista y evitar tener que terminarlo todo en el último momento, es necesario calendarizar muy bien tu día y ordenar tus prioridades.
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Aprende a marcar límites
Evitar distracciones es esencial para poder teletrabajar de forma eficiente. Y para ello es necesario marcar ciertos límites para asegurarte de que nada ni nadie te interrumpirá durante tu jornada laboral.
Todos sabemos que, al estar en casa, es muy fácil que otras personas aprovechen para llamarte, pedirte un favor o demandarte atención.
En ese sentido, apunta Marcos Razzetti, “es fundamental dejar claras las reglas en torno al horario en el que estás trabajando para evitar distracciones”.
Para ello, añade, también es recomendable apagar el móvil y desactivar las notificaciones para mantener a raya cualquier distracción.
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Mantén el foco
Con un espacio de trabajo cómodo, agradable y alejado de distracciones externas, te será mucho más fácil concentrarte y mantener tu atención en cada una de las tareas que realices.
Pero para lograr tu objetivo será necesario, también, aplicar algunos trucos extra que potencien tu productividad y tu concentración como los sprints, una técnica que consiste en bloquear una serie de horas para acelerar una tarea específica.
Por ejemplo, Marcos Razzetti recomienda dedicar las primeras cuatro o cinco horas del día (en las que la mente está más despejada) a trabajar únicamente en aquello que requiera toda tu atención o sea más urgente. Nada de reuniones. La clave está en mantenerte enfocado en lo realmente importante.
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Muévete
La mejor forma de combatir el sedentarismo es obligarte a levantarte y moverte de tanto en tanto para no estar todo el día sentado en la misma posición.
Haz pausas breves a lo largo de tu jornada laboral en las que puedas hacer un descanso activo: caminar, meditar, escuchar música, estirar, etc. Cualquier cosa que te ayude a oxigenarte. Como la idea principal es sacarte del foco del resto del día, no te refugies frente al móvil o al ordenador.
Busca otros hábitos y encuentra algunos momentos del día para entrenar y convertir la actividad física en algo indispensable que no se pueda no hacer. Aquí tienes unas cuantas posturas de yoga que puedes hacer sentado en un silla.
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Socializa
La sensación de soledad es uno de los inconvenientes que más pesan a la hora de teletrabajar porque se echa de menos el compartir un café con un compañero, el jaleo de la oficina, los buenos días de la persona que se sienta junto a tu mesa, etc.
Mantener la unión con el resto de compañeros en la distancia no es fácil pero sí que es cierto que, al final, el trabajo hace que te comuniques continuamente con ellos.
Sin embargo, para paliar esa sensación de aislamiento, también es necesario socializar y entablar relaciones fuera del entorno laboral. Por eso es necesario que busques momentos o actividades para relacionarte con otras personas fuera de casa y no perder los vínculos que te unen a tu círculo más cercano.