Encamadas aliadas de la pandemia


La gente se ha dado a la tarea de buscar formas para mantener o mejorar su vida sexual.

Si bien algunos sondeos consideran que la pandemia ha pegado de manera directa en la planta baja, al punto de deteriorar la calidad de las actividades sobre el catre, poco a poco se empieza a evidenciar que también han existido condiciones de adaptación para mantener el goce.


Basta ver que más allá del ‘sexting’, cibersexo y masturbación en todas sus facetas, la gente se ha dado a la tarea de buscar formas para mantener o mejorar su vida sexual, tal como se empieza a ver en algunos estudios.

De hecho, los jóvenes que son los más entusiastas, en una encuesta realizada en España hace poco, aseguraron que 9 de cada 10 han mantenido al disfrute pleno del departamento interior durante toda la pandemia y que el 44 % asegura que esto ha sido posible con su pareja estable –contra lo que se dice–; 1 de cada 5, con una pareja no conviviente; y el 10 %, con alguien cercano, lo que demuestra que el distanciamiento no ha sido obstáculo para estas tareas.

Llama la atención que las condiciones han llevado a que los juegos preliminares se hayan aumentado, tanto que 4 de cada 10 manifiestan dedicar hasta media hora antes del aquello pleno, por lo que se concluye que el estar más tiempo en la casa fomenta una especie de ‘slow sex’. Lo mismo ocurre con la duración de los polvos, que un 42 % asegura que se han prolongado, tomando como referencia lo que tardaban antes de que apareciera el covid-19.

Como es natural, los encuentros furtivos y ocasionales han ido cediendo y si bien estos siguen existiendo, se han reducido de manera importante, aunque siguen favorecidos, especialmente por las redes sociales.

Otro componente que muestra tendencia al alza es el uso de juguetes sexuales, en donde los vibradores cada vez son más comunes y algunas prácticas hasta hace algún tiempo distantes de las parejas convencionales, como el ‘bondage’ y el llevar a la práctica fantasías, han crecido en un 30 %, en estos tiempos pandémicos.

Con respecto a los lugares, la cama sigue siendo la protagonista en 3 de cada 4 encuestados, seguida del sofá en el 10 % y la ducha, en una proporción menor; y frente a las posturas, el socorrido misionero es el más común, seguido del perrito y la amazona.

Lo llamativo de este sondeo es que, a pesar de las dificultades, la mayoría de los participantes le dan una importancia fundamental a las encamadas dentro de su cotidianidad, a tal punto que el 60 % manifiesta que lo realiza una vez por semana y la cuarta parte insiste en que le gustaría practicarlas todos los días.

En síntesis, tal vez el catre ha sido un buen bálsamo para enfrentar esta agobiante pandemia. Bien por eso.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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