Preguntas como: ¿quién soy realmente?, ¿qué quiero lograr?, ¿qué rumbo debo tomar ahora? pueden indicar que estás frente a una crisis de identidad. Es necesario señalar que, no solo se presenta durante la adolescencia, pues en algún momento crítico de la vida puede surgir una crisis de identidad. En este artículo te contamos más sobre el tema.
En ciertos momentos de nuestra vida, nos hemos encontrado en situaciones desafiantes que demandan grandes cambios: emigrar, el divorcio o la pérdida de seres queridos, nos enfrentan a procesos de duelo que generan desequilibrio emocional y nos conducen a un punto de quiebre que demandan un replanteamiento de temas vitales.
La crisis aparece cuando no somos capaces de enfrentar esos acontecimientos haciendo uso de los recursos con los cuales siempre habíamos contado. Es allí donde surge la incertidumbre, acompañada de toda clase de dudas e interrogantes acerca del sentido de nuestra existencia o nuestro futuro.
También experimentamos sentimientos de vacío y soledad.
Al no poder responder a esas preguntas que consideramos tan transcendentales, podemos desarrollar un cuadro de ansiedad e ideas obsesivas que desencadenan una crisis de identidad.
Características de la crisis de identidad
Si sufres una crisis de identidad puedes:
Sentirte distraído y desmotivado hacia tu vida.
Experimentas una sensación de desorientación y falta de rumbo.
Desarrollar una perspectiva negativa de ti mismo, del mundo y de tu futuro.
Sentir angustia por no saber bien cuál es tu propósito vital.
Tener una sensación de insatisfacción generalizada, independientemente de cómo marchen las cosas en tu vida.
Tener dificultad para tomar decisiones debido a que no sabes lo que realmente deseas.
Presentar inestabilidad o agotamiento emocional, como si no supieras qué quieres.
Temer al futuro porque no logras visualizarlo claramente.
Sentirte incapaz de afrontar los cambios que están ocurriendo en tu vida.
¿Cómo afrontar una crisis de identidad?
Si bien cada persona vive sus crisis de manera individual, existen estrategias que pueden ayudarte a resolverlas más fácilmente:
1. Revisa tu vida
Escúchate a ti mismo, y busca comprender lo que te está sucediendo. Una vez hecho eso, puedes explorar esos aspectos de tu vida que te disgustan o no te satisfacen y generar acciones que te pueden acercar a aquello que te gustaría hacer, que te hace realmente feliz.
2. Replantea tus objetivos
La crisis de identidad puede colocarte en un punto de quiebre que te hace perder el norte o la claridad acerca de lo que quieres en la vida. Puede ser un buen momento para reevaluar tus metas y objetivos personales y plantearte unos nuevos que sean más motivadores y le den sentido a tu nueva realidad.
3. Asume un sentido de oportunidad ante la crisis
La crisis puede darte la posibilidad de aprender más de ti mismo, descubrir tus capacidades y conocer nuevas maneras de actuar que antes no habías contemplado.
Son también oportunidades para evolucionar, desarrollarte y seguir creciendo como persona.
4. Fluye con los cambios
Acepta que los cambios forman parte de la vida. Al oponerte a ellos, solo lograrás estancarte y quedarte atrapado en esa realidad que te oprime. Cuando fluyes con los cambios, puedes encontrar nuevas opciones y nuevos caminos que te conduzcan al lugar en el que deseas estar.
5. Cree en ti mismo
Para salir de la crisis de identidad y encontrar nuevamente tu camino debes confiar en ti mismo, en tus capacidades y cualidades. Implica también la aceptación total de ti mismo para poder avanzar.
6. Vive el presente
Es en el presente donde puedes hacer cosas que te lleven al espacio en el que deseas estar. Allí puedes moverte, relacionarte con personas que te apoyen y enriquezcan tu existencia.
Solo en el presente será posible dar respuesta a la crisis de identidad que experimentas. Atravesar una crisis de identidad no tiene que ser un acto en solitario, apóyate en otros, en quienes confías y te aprecian.
Y si sientes que la crisis te desborda, que todas las estrategias que has implementado no han funcionado, busca ayuda profesional que te brinde la orientación necesaria.
Escúchate a ti mismo, y busca comprender lo que te está sucediendo. Una vez hecho eso, puedes explorar esos aspectos de tu vida que te disgustan o no te satisfacen y generar acciones que te pueden acercar a aquello que te gustaría hacer, que te hace realmente feliz.
2. Replantea tus objetivos
La crisis de identidad puede colocarte en un punto de quiebre que te hace perder el norte o la claridad acerca de lo que quieres en la vida. Puede ser un buen momento para reevaluar tus metas y objetivos personales y plantearte unos nuevos que sean más motivadores y le den sentido a tu nueva realidad.
3. Asume un sentido de oportunidad ante la crisis
La crisis puede darte la posibilidad de aprender más de ti mismo, descubrir tus capacidades y conocer nuevas maneras de actuar que antes no habías contemplado.
Son también oportunidades para evolucionar, desarrollarte y seguir creciendo como persona.
4. Fluye con los cambios
Acepta que los cambios forman parte de la vida. Al oponerte a ellos, solo lograrás estancarte y quedarte atrapado en esa realidad que te oprime. Cuando fluyes con los cambios, puedes encontrar nuevas opciones y nuevos caminos que te conduzcan al lugar en el que deseas estar.
5. Cree en ti mismo
Para salir de la crisis de identidad y encontrar nuevamente tu camino debes confiar en ti mismo, en tus capacidades y cualidades. Implica también la aceptación total de ti mismo para poder avanzar.
6. Vive el presente
Es en el presente donde puedes hacer cosas que te lleven al espacio en el que deseas estar. Allí puedes moverte, relacionarte con personas que te apoyen y enriquezcan tu existencia.
Solo en el presente será posible dar respuesta a la crisis de identidad que experimentas. Atravesar una crisis de identidad no tiene que ser un acto en solitario, apóyate en otros, en quienes confías y te aprecian.
Y si sientes que la crisis te desborda, que todas las estrategias que has implementado no han funcionado, busca ayuda profesional que te brinde la orientación necesaria.