Factores como el clima, la alimentación y el equipo de trabajo favorecen el rendimiento de los ciclistas colombianos, que hoy viven una nueva época de oro.
Entre Colombia y la bicicleta hay una relación de vieja data. Desde las primeras carreras aficionadas en los años veinte, hasta las históricas contiendas sobre rutas internacionales, el país ha acompañado los triunfos de sus escarabajos, dignos representantes de un deporte que ha provocado tantas alegrías como el fútbol.
En la década de los cincuenta comenzaban a perfilarse nombres como Efraín Forero, ‘el indomable Zipa’, quien fuera pionero de la Vuelta a Colombia en 1951; o Ramón Hoyos Vallejo, ganador de cinco ediciones de la misma competencia.
Detrás de estos dos corredores, vendría el pedal imparable de Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, primer campeón mundial que tuvo el país en 1971 y, por supuesto, la edad dorada del ciclismo nacional marcada por las hazañas de Lucho Herrera y Fabio Parra en las “Grandes Vueltas” europeas.
Martín Emilio 'Cochise' Rodríguez como parte del equipo italiano Bianchi-Campagnolo, en la década de los setenta.
Ahora, con una nueva y prometedora generación que incluye corredores como Nairo Quintana, Rigoberto Urán, Esteban Chaves, Miguel Ángel López, Sergio Luis Henao, Winner Anacona y Carlos Betancur, entre otros, Colombia vive su segunda edad de oro en este deporte y, tal vez, la más importante hasta el momento.
Prueba de ello, es la reciente victoria del cundinamarqués Egan Bernal en el Tour de Francia, que lo convierte en el primer latinoamericano en alzarse con dicho título a sus 22 años. Este logro histórico, unido a los de Urán y Quintana en competencias como el Giro de Italia, reafirma el panorama más que positivo para los pedalistas nacionales.
Egan Bernal, campeón de la edición número 106 del Tour de Francia.
Que los escarabajos colombianos dejen su huella en las gestas ciclistas más importantes del mundo no es coincidencia. Expertos han identificado una serie de condiciones que convierten a los nuestros en una fuerte competencia en el calendario ciclístico internacional.
La montaña, cómplice indiscutible
Luis Fernando Saldarriaga, director técnico del equipo Manzana Postobón, explica que las condiciones geográficas en las que se crían los corredores colombianos los preparan físicamente para soportar largas horas de trayecto. Crecer y entrenar en zonas con mucha altitud sobre el nivel del mar les genera una “deuda de oxígeno”, que intensifica su flujo sanguíneo y les da mayor resistencia en la actividad deportiva.
Además, el terreno y la variedad climática del país son perfectos para un deporte “acrobático” como el ciclismo, pues enseña a sortear imprevistos, conservar el equilibrio y adaptarse rápidamente.
El periodista experto en ciclismo, Pablo Arbeláez, coincide con esta afirmación y, en entrevista para la BBC, afirmó que “subir y bajar montañas se vuelve una costumbre para los ciclistas colombianos. Después van perfeccionando la técnica". De ahí que Saldarriaga reconozca también la fortaleza de Colombia en materia de escaladores.
Egan Bernal junto con otros corredores del Tour de Francia 2019. Foto: sitio oficial Tour de Francia
Nutrición a la colombiana
Si hay algo decisivo en el rendimiento de un deportista es la alimentación, y nuestros corredores son igualmente privilegiados en ese aspecto. Saldarriaga reitera la ventaja del clima colombiano al permitir el cultivo de yuca, papa, plátano y frutas ricas en vitamina C; alimentos característicos de los países sudamericanos e ideales para proveer buenas cantidades de energía, proporcionales a lo que se gasta entrenando o compitiendo.
Lo anterior, sumado a la composición corporal que usualmente tienen los ciclistas (poca grasa, estatura mediana y piernas potentes), constituye otro factor de ventaja para los corredores nacionales.
Un apoyo integral
Aunque la preparación física es prioridad, el bienestar mental y emocional de los competidores es igual de importante en el éxito o fracaso de una carrera deportiva. Frente a esto, Saldarriaga destaca tres componentes esenciales en los pedalistas colombianos: la motivación, los retos y el vigor.
Estos factores influyen significativamente en el rendimiento de los escarabajos y vienen dados tanto por sus objetivos personales como por la estrecha relación con sus familias, allegados e incluso con su propia tierra de origen. El deseo de superación y la determinación para ganar suelen ser características bastante arraigadas en los corredores.
Los pedalistas Miguel Ángel López y Nairo Quintana en La Vuelta 2019. Foto: sitio oficial de La Vuelta a España
El apoyo institucional es igualmente importante para cumplir metas y el director técnico del Manzana Postobón Team reconoce que Colombia está en una gran época con respecto a ello: las ciencias aplicadas al deporte permiten un mejor acompañamiento a los ciclistas y hoy hay presencia de buenos clubes, entrenadores, compañeros y patrocinadores para armar equipos de calidad.
En ese sentido, César Cardona, gerente general de Consultoría en Gestión de Riesgos de SURA, reafirma el compromiso de la compañía con el deporte colombiano al recalcar que “la actividad física y el cuidado de la vida son acciones que buscamos promover entre la población colombiana. Encontramos en el ciclismo una forma ideal de generar conciencia sobre la importancia de adquirir hábitos de vida saludable y promover una cultura del autocuidado en las personas”.
A su vez, Carlos González Posada, vicepresidente de Seguros SURA Colombia, hace énfasis en el deporte como motor de desarrollo y construcción de tejido social, una visión que, sin lugar a dudas, la nueva generación de corredores se encarga de reflejar con su desempeño.
Además de una valiosa trayectoria de títulos, nuestros escarabajos construyen, desde hace más de seis décadas, el legado de un deporte exigente y desafiante, en el que han sabido dejar su propia huella; una que no solo se refleja en el podio, sino en la capacidad de llevar la emoción de todo un país en cada nueva contienda.
Algunos hitos del ciclismo colombiano
El primer colombiano en correr el Tour de Francia fue Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez, quien participó en la edición de 1975.
Además de Egan Bernal, otros corredores nacionales han estado en el podio de la competencia francesa: Fabio Parra con el tercer lugar en 1998; Nairo Quintana en 2013 y 2015 como subcampeón, y en 2016 como tercer finalista; y Rigoberto Urán, quien en 2017 ocupó el segundo lugar.
En 2014, Nairo Quintana fue campeón del Giro de Italia, seguido por Rigoberto Urán, quien logró el título de subcampeón por segundo año consecutivo. El boyacense Miguel Ángel López alcanzó el tercer lugar del podio en la edición de 2018.
Dos colombianos han logrado el primer lugar en la Vuelta a España: Lucho Herrera en 1987, y Nairo Quintana en 2016.