Los beneficios de pasar un rato en silencio

Los científicos ya han desvelado cómo el silencio puede ayudarnos a estar más relajados, dormir mejor e incluso ser más creativos. Te contamos las claves para sacar un hueco y no hacer nada: solo respirar y disfrutar del silencio.


No decir nada. Escuchar lo simple y alejarse del ruido. Silencio. "Shh". Podríamos decirlo de múltiples maneras, pero todas nos conducirían al mismo punto: la necesidad de nuestro cerebro de parar y no oír nada. Sin embargo, ¿cómo hacerlo en un mundo regido por las distracciones y el bombardeo informativo?

El ruido es ya una grave agresión para nuestro rendimiento cognitivo. El ruido inunda las ciudades, las oficinas, los centros públicos y solo el efecto del ruido es capaz de matar a 10.000 personas cada año, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente. De hecho, la Unión Europea establece 55 dB (decibelios) como el umbral de ruido que no se debe superar durante mucho tiempo para evitar sufrir sus perjuicios.

"Cualquier pequeño ruido que percibimos dispara la secreción de hormonas que ponen al cerebro en estado de alerta. El ruido auditivo tiene un efecto nefasto sobre el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular", explica el investigador del silencio y neurocientífico Michel Le Van Quyen.

Nuestro cerebro no siempre puede estar 100% activo. Cuando la presión es excesiva, el cerebro se desconecta. Es lo que conocemos como el mítico bloqueo ante un examen en el que nos quedamos absolutamente en blanco. La presión y el ruido no ayudan a que surjan las ideas. Así que, si alguna vez te sientes al límite, lo mejor es que lo dejes estar, que pares y escuches el silencio.
Los beneficios del silencio en nuestra salud

¿Por qué es tan bueno el silencio? Es necesario para la creatividad, la memoria y la construcción de uno mismo. Solo en la misma escucha, a través de procesos meditativos, podemos llegar a descubrir qué queremos o hacia dónde vamos. Una práctica que en ocasiones resulta complica en sociedades que, como la nuestra, no siempre fomenta la escucha, ni la idea de permanecer solos y en reposo en una habitación. Sobre todo cuando la actividad y la esfera mediática nos inunda.

Pero no, nuestro cerebro no necesita siempre tanta información. De hecho, en 2001, el neurólogo Marcus Raichle demostró que un cerebro en reposo consume tanta energía como a pleno rendimiento. "Esa actividad cerebral en el reposo la llamo energía oscura", explica Michel Le Van Quyen. Aprovechar toda esa energía en reposo solo depende de nosotros. Por ejemplo, ¿sabías que respirar tranquilamente puede reducir el estrés y acabar con los dolores de espalda?

Del mismo modo, hacer varias respiraciones profundas en silencio ayuda en la desaceleración de la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y desciende la tasa de cortisol. Por eso insistimos en que “aprender a meditar es una de las mejores cosas para lograr la serenidad”, tal y como explicó para Objetivo Bienestar el filósofo y escritor Raúl de la Rosa. Veamos otras cuestiones que salen reforzadas en materia de salud y bienestar al pararnos y no escuchar nada con atención.

Ayuda a la creación de neuronas nuevas

No es cualquier fabulación, lo dice la ciencia. Estar en silencio favorece el nacimiento de nuevas neuronas, según un estudio realizado por científicos alemanes en el año 2013. La experiencia, realizada con ratones, demostró que un periodo de silencio cada día ayudaba al desarrollo de células nuevas en el hipocampo.

Según los investigadores, que todavía no han probado el efecto de estos estudios en los seres humanos, todo hace indicar que el silencio podría mejorar la plasticidad cerebral y disminuir las probabilidades de sufrir problemas neurodegenerativos como demencia o Alzheimer.
Disminuye el estrés y nos mantiene relajados

Mucho más tranquilos y relajados, así es como nos sentiremos después de pasar unos minutos en silencio. Según los científicos, la relajación se produce por el contraste con el sonido y el ruido. Por eso, en realidad, lo que más nos relaja de la música no es la melodía, sino sus pausas, esos momentos en los que las guitarras se detienen.

Así lo refleja un estudio publicado en 2005 que introdujo pausas de silencio, de dos minutos de duración, entre una melodía y la otra. ¿La respuesta? La mayor relajación llegaba en los momentos del silencio, un periodo en el que se reduce el ritmo de la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.


Las pausas en silencio nos ayudan a disminuir el estrés, mejoran la plasticidad del cerebro y nos convierten en personas más reflexivas y creativas.
Permite obtener una mayor calidad del sueño

Como ya hemos visto, estar en silencio nos ayuda a estar más relajados. Por lo tanto, tendremos menos ansiedad y estrés, lo que se traduce en una buena calidad de sueño. Así que, si tienes insomnio, solo necesitas parar y no pensar en nada. Un hábito que necesita de tiempo y de presencia, pero que te ayudará a alcanzar una mayor calidad de vida.
Más reflexivos y más creativos

Lo más interesante del silencio es que nos permite descubrir una parte de nosotros mismos que, por el contrario, el ruido no nos deja escuchar. Pero no siempre ocurre así. Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) se descubrió que la mayoría de los participantes preferían mantener activos, haciendo cualquier cosa, antes que estar en silencio con sus propios pensamientos.

¿Qué nos revela el silencio? Introspección, pasado, presente, futuro, preguntas que van apareciendo, que implican cierta autorreflexión. Y no todo el mundo está dispuesto a ello. Sin embargo, el silencio es muy beneficioso porque nos ayuda a aclarar las ideas, darnos espacio, aumentar la creatividad y sentir más fuerza en nosotros mismos.
Pero, si no existe el silencio absoluto, ¿cómo buscarlo?

En realidad, aunque hemos mencionado que es importante dedicar unos minutos al día al silencio, no tiene porque ser siempre en casa. De hecho, el silencio absoluto no existe, siempre se cuela algún ruido en medio de esos parones meditativos.

Por eso es interesante, según recomiendan los expertos, que recurramos a los sonidos que pueden sentarnos bien, como es el caso de la naturaleza. Ríos, embalses, zonas costeras o montañosas pueden ser la respuesta que tu cerebro necesita ante el desgaste, aunque solo sea una vez por semana. Lo importante es desconectar de las tensiones y los ruidos que se acumulan en las calles, los despachos, la oficina. Así que, busca tu rincón. ¡Busca tu silencio!
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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