Lecturas que curan: ¿por qué es tan bueno leer?

Leer es, además de un pasatiempo, un placer curativo. La ficción nos ayuda a ser más empáticos, a comunicarnos mejor y a cuestionar el mundo. ¡Descubre ahora nuestros remedios literarios!

Lecturas que curan ¿por qué es tan bueno leer?

Todos tenemos una lectura esencial. Ese texto que nos revela, en el fondo, una parte de nosotros mismos. Una novela, un poema, un pequeño relato que llegó para quedarse con sus personajes y sus tramas llenas de fuerza. Leer no es solo un pasatiempo. Leer nos conecta con el mundo real y el imaginario y nos permite ser personas más empáticas. O, como diría Marcel Proust, "leer bien es uno de los mayores placeres... porque es el placer más curativo".

¿Y si la nueva medicina se vendiera en las librerías y no en las farmacias? Imagina que en vez de recetarte píldoras te recomiendan una lectura; 'Platero y yo', de Juan Ramón Jiménez, 'La odisea', de Homero, 'Una habitación propia', de Virginia Woolf. ¿A caso no son las bibliotecas espacios en los que uno puede encontrar historias universales con las que sentirse representado?

En las estanterías se acumulan lecturas entre las que podemos encontrar ese libro que nos ayudará a entender una parte de nosotros mismos. Un personaje con el que sentirnos identificados, un desamor, un duelo que divide la novela. La ficción como un amarre que nos hace soñar, además de descubrirnos el mundo desde otro ojos.

Entonces, te preguntarás, ¿de qué manera puede afectarme a mí ese carácter universal de la literatura? ¿Por qué se dice eso de que "la literatura sana"?

Leer ficción nos procura un estado de bienestar similar al de la meditación. Abre la plasticidad a la empatía y la comunicación, genera un diccionario propio de emociones.

Que la literatura nos hará más felices, no es ya ningún dicho popular. De hecho, las investigaciones actuales valoran los aspectos positivos protectores de la lectura, como paliar la soledad, evitar pensamientos negativos y gestionar mejor las emociones. Pero no es algo actual. Se lee, de manera muy distinta, desde hace siglos. La ciencia solo hace que confirmar un hacer-leer que ya se conocía, que nació con el sujeto mismo.

La diferencia es que hoy, mediante pruebas de neuroimágenes y rastreo cerebral, se puede constatar como al leer se iluminan "las áreas que corresponden a la solidaridad, los sentidos (olfato y vista sobre todo), la empatía o la compasión", explica Diana Paris, psicoanalista y escritora de libros como 'Lecturas que curan'.
Lecturas que curan, de Diana Paris
La biblioterapia y los remedios literarios

Literat©ura es el término creado por la autora para referirse a su propuesta de dinámica terapéutica. Es decir, una invitación a leer textos literarios con fines enfocados a la sanación. Del mismo modo que la arteterapia utiliza el arte como vía terapéutica para sanar trastornos, en este caso, la Literat©ura permite al paciente "entrar en contacto con su dolor a través de la experiencia de la lectura".

La "literapia", "biblioterapia" o "remedios literarios" son formas de intervención para tratar los trastornos del carácter, los estados de ánimo y las emociones contrariadas.

En este tipo de terapia cada paciente tiene su propia lectura. No todas nos sirven. Hay textos que ayudan a unas personas y a otras no. Lo que es común es el hecho de que, a través de estos relatos, el paciente deberá pasar del mero acto de lectura al de la transformación. Leer, identificar emociones y sentimientos y asociar ideas para, más tarde, pasar a la acción.

Como explica Paris, "tras la lectura, tras la emoción que aflora y permite nuevas conexiones, se abre el momento del hacer". ¿Y qué otros beneficios puede aportar la literatura como terapia?

Según la autora de la obra, se trata de una verdadera herramienta para reinterpretar y gestionar saludablemente emociones como el ego, el sufrimiento, el deseo, la autoestima, la incapacidad para ver lo valioso, la permanente presencia de la angustia, o el sentimiento de derrumbe existencial.

Hemos comenzando este artículo imaginando un universo en el que en vez de píldoras se recetan libros. Sin embargo, esta propuesta de cambiar la farmacia por la biblioteca o la librería emocional, no es un elixir mágico o infalible. Debemos tener en cuenta que leer una novela no salvará de la ruina a quien atraviesa la angustia por una crisis financiera. Así como tampoco un poema puede reemplazar un tratamiento oncológico.

Pero esta diámica biblio-terapeútica, que consiste en recetear, prescribir títulos y autores a partir del diagnóstico, sí que puede ser efectiva como un trabajo de acompañamiento para cualquier persona. Una manera de hacer introspección, de preguntarnos, de detactar e ir descubriendo a través de la literatura los miedos y la fuerza que también habita en nuestro interior.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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