Pandemia sin orgasmos

Si bien los problemas pueden estar en la mente, no sobra descartar aspectos físicos y funcionales.


Se ha descubierto que la ansiedad y las tensiones afectan directamente la hormona del deseo,

Si bien el aquello puede ser una grata salida al aburrimiento que deja el encierro de la cuarentena, lo cierto es que no basta con la buena voluntad para quererse deslizar bajo las sábanas, porque existen factores que terminan por bloquear el disfrute.

Es el caso de la anorgasmia femenina, entendida como la dificultad persistente y recurrente para alcanzar el punto máximo de las faenas sexuales. Aunque los expertos han definido dos tipos: la primaria (cuando nunca se ha conseguido un orgasmo) y la secundaria (cuando se pierden de un momento a otro); la pandemia ha incrementado los segundos.

Se han descrito múltiples causas que incluyen problemas físicos, alteraciones psicológicas o la mezcla de las dos; incluso, hay algunas sustancias y medicamentos que podrían alejar el goce final; sin embargo, en torno al covid-19 empiezan a aparecer otras causas que no hay que desconocer.

Y no se necesita ser mago para saber que el encierro, la incertidumbre y los problemas derivados de esta coyuntura son, por sí solos, elementos que sacan las ganas en estampida. 

Todo esto, valga decir, se agrupa en el llamado estrés, que promueve la liberación de una hormona que es en esencia la opositora número 1 de la plena sexualidad: el cortisol.

Y en este sentido, se ha descubierto que la ansiedad y las tensiones botan al piso la hormona del deseo, que es la testosterona y consecuentemente logra que el cortisol en la sangre se crezca, con lo que se pone a flaquear todo lo relacionado con el aquello.

Lo curioso es que este asunto no solo afecta a las personas frente a su pareja, sino también si se está a solas, en razón a que la gente pasa por esta situación, porque está permanentemente alerta sobre los peligros externos y en esa condición, en lo último que se piensa es en subirse a un catre.

Ahora, si a lo anterior se suma que muchas mujeres han tenido que separarse de las personas con las que compartían el goce, no hay duda de que el estrés aumenta y conseguir un orgasmo se torna francamente imposible.

Bajo la premisa de que esto va para largo, es hora de empezar a darle al deseo el lugar que le corresponde en la vida de todas, por lo que incitar las ganas echando mano del imaginario erótico con conversaciones, películas o el mismo ‘sexting’ y la autosatisfacción, debe formar parte de la cotidianidad.

Por último, si después de todo, los orgasmos parecen haberse esfumado por debajo de la puerta, hay que consultar. Esto en razón a que si bien los problemas pueden estar en la mente, no sobra descartar compromisos físicos y funcionales, que podrían estar bloqueando el pleno desempeño de la planta baja. Recuerde: es clave enfrentar el problema.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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