8 pautas para combinar bien los alimentos: aprende cuáles no combinar


Combinar bien los alimentos no solo nos permite mejorar la digestión, sino asimilar mejor los nutrientes. El sistema digestivo requiere menos energía y el resultado es que el organismo puede centrarse en otras funciones, como reparar células y seguir con su proceso natural de depuración. Este ahorro de energía también repercute en el estado de ánimo: nos sentimos menos pesados y cansados después de las comidas, al tiempo que tenemos más energía y vitalidad a lo largo del día. 

Según la teoría de la combinación de los alimentos, los diferentes grupos de alimentos requieren asimismo diferentes tiempos y tipos de enzimas, tanto en el estómago como en los intestinos, para poder ser digeridos. Un medio alcalino o ácido activará unas enzimas u otras. Cuando comemos ciertos alimentos al mismo tiempo, liberamos ambos tipos de enzimas; así se crea un ambiente neutro que lo único que hace es inhibir y retrasar el proceso digestivo. Eso puede originar fermentación de azúcares y putrefacción de proteínas en el estómago; provocar gases, inflamación y otros síntomas de indigestión. Un proceso de fermentación en el intestino ocasiona un exceso de polialcoholes, que son fuente de alimento de bacterias y levaduras. La putrefacción de las proteínas genera residuos tóxicos.
Combinar alimentos es válido para todos los estilos

El concepto de la correcta combinación de los alimentos es aplicable y puede ser beneficioso para todos los estilos de alimentación: se consuma carne, huevo, pescado, lácteos; o se practique el vegetarianismo o el veganismo.

Si no se da un descanso fisiológico al aparato digestivo, el cuerpo no puede desintoxicarse de forma continua. Los órganos de desintoxicación son los riñones y el hígado, si ambos no funcionan correctamente será muy difícil perder peso. Un cuerpo hinchado es un cuerpo intoxicado. El secreto para conseguir el peso ideal, una sensación de bienestar intestinal y mejorar la salud a todos niveles, está en la práctica de la nueva dieta del siglo XXI, una dieta que respeta la correcta combinación de los alimentos.
8 pautas para combinar los alimentos: qué no combinar 
1. No combinar almidones y féculas con ácidos

Los ácidos destruyen e inhiben la secreción de la enzima ptialina. Como resultado, la digestión de los almidones se ve alterada e incompleta, y ocasionará fermentaciones anormales en el duodeno. Por lo anterior, no se debe aliñar con vinagre ni limón cuando en el menú hay presencia de un almidón o fécula (pan, patatas, arroz, garbanzos..), ni se deben juntar en una misma comida las frutas muy ácidas con el plátano.

2.No combinar proteínas fuertes con almidones fuertes

Las proteínas son digeridas en un medio ácido en el estómago, mientras los almidones y féculas precisan un medio alcalino para su digestión. Nada más ingerir una proteína se segregan los ácidos gástricos para la activación de la pepsina, lo que ocasiona la inmediata paralización de la digestión de los almidones. Entonces, no son compatibles en una misma comida carne con patatas o pescado con arroz, o una tortilla de patatas.


3. No combinar frutas dulces y azúcares con proteínas

Las frutas dulces son de muy fácil y rápida digestión, por lo tanto, no permanecen en el estómago ni siquiera media hora. Por el contrario, las proteínas requieren varias horas para su larga digestión. En consecuencia, si se comen juntos, los azúcares quedarán retenidos en un medio húmedo y caliente con el resultado de una fermentación anormal. El yogurt y el requesón se consideran una excepción por estar predigeridos.


4. No combinar azúcares con grasas

Las frutas muy dulces y la fruta deshidratada tienen una digestión muy rápida, mientras los alimentos ricos en grasas tienen un proceso de digestión muy lento. El resultado es el mismo que en el caso anterior.


¿Sabías qué combinar alimentos también es perjudicial para la salud? La Dra. Cecilia Albisu nos habla de las combinaciones comunes pero no tan saludables.


5. No combinar frutas muy dulces con frutas muy ácidas

Por ejemplo, los plátanos, uvas y melones no combinan bien con el kiwi, ni el limón, ni la piña, aunque sí se puede tomar un zumo de fruta ácida media hora antes de comer frutas dulces. En general, las frutas ácidas van mejor por la mañana y las frutas dulces a mediodía o para la cena.


6. No combinar vegetales salados y amargos con frutas muy dulces

El ajo, la cebolla, el rábano, el apio, el perejil, etc., tienen distinto tiempo de digestión que las frutas muy dulces, por lo que conduce a una fermentación.


7. No combinar dos féculas o almidones distintos

Esta es una de las peores combinaciones y de las más practicadas. Por ejemplo, arroz con lentejas, potaje con lentejas y patatas, o pan para “remojar” en presencia de patatas, arroz, legumbres, etc., bocadillo de tortilla de patatas.


8. No combinar dos proteínas de muy distinta naturaleza entre sí 

La putrefacción que ocasiona la mala digestión de las proteínas es una de las fuentes de mayor toxemia. Debemos evitarla a toda costa. La combinación de dos proteínas muy similares puede considerarse aceptable, como por ejemplo, yogurt en una salsa dentro de un menú en el que también entre algo de queso, etc.
Algunos alimentos son la excepción 

La excepción está en las frutas muy ácidas o poco azucaradas como kiwi, limón, pomelo, y piña, que sí son tolerables con hortalizas y ensaladas. Así, por ejemplo, se pueden combinar kiwi, piña o limón en una ensalada, siempre que no haya ningún almidón en el mismo menú.

Los aguacates hacen una buena combinación con ensaladas, fruta ácida y almidones, pero combinan mal con fruta dulce y azúcares.

Los aguacates son una de las mejores fuentes de grasa y una excelente proteína, pero son un alimento fuerte, por lo que no se debe abusar de su ingesta ni combinarlo con frutos secos, semillas y proteínas fuertes. Una ración es medio aguacate.

El tomate bien maduro no debe faltar en ninguna ensalada por su gran valor alcalinizante.
Para terminar… 

Combinar adecuadamente los alimentos va a permitir digestiones más rápidas y un ahorro de energía que se traducirá en energía vital para hacer más cosas en el día. Además, es un importante recurso para prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación, como lo son la diabetes y la obesidad.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente