Una terapia literaria para encontrarse a sí mismo

La escritora Margarita Posada cree que los libros son un camino y les transmite esa idea a otros.


La escritora y periodista Margarita Posada, autora de 'Las muertes chiquitas'

La periodista y escritora Margarita Posada era sonámbula de pequeña. Se levantaba y tomaba un libro de Rafael Pombo que les leía a sus padres en un idioma raro. Dice ella que, en su vida, leer ha sido una especie de necesidad. Los libros le han permitido conocerse a sí misma y entenderse.

En algún momento temió que su más reciente libro, 'Las muertes chiquitas', fuera clasificado en la sección de autoayuda en las librerías. “Ahora, nada me hace más feliz que saber que mi libro puede estar ayudando a alguien”, dice. La autora cuenta en estas páginas su vida en relación con la depresión.

Las experiencias que ha tenido con la lectura la motivaron a crear una ‘terapia literaria’. Esta iniciativa no sustituye en ningún caso la ayuda psiquiátrica o psicológica que brinda un profesional, pero es, como dice ella, un espacio para facilitar que las personas se encuentren a sí mismas a través de los libros.

¿Qué fue lo que la llevó a abrir ese espacio de terapia literaria?

Yo ya tenía pensado este proyecto desde hace mucho. Pensaba hacerlo en vivo, en los cafés de las librerías. Los libros me han salvado la vida. Creo que todos los libros son de autoayuda, menos los de autoayuda, como dice Joaquín Sabina. Entonces por eso empecé a pensar en todas las cosas que componen mi experiencia como periodista: esbozar perfiles de gente, entrevistar muchas personas e ir hasta el fondo de sus historias. A partir de eso, creé esta terapia literaria, que no es más que la ‘medicación’ o la receta de libros para encontrarse a uno mismo.

¿La idea del proyecto tomó más fuerza con la crisis actual?

Fue un impulso automático: primero porque me dije ‘Margarita, ¿de qué vas a vivir?’. Muchos de mis trabajos de relaciones públicas quedaron suspendidos porque los eventos quedaron cancelados. Dije: ‘O me quedo cruzada de brazos o hago algo’. Mi papá tiene un dicho muy bonito: ‘Cuando todos lloran, alguien hace pañuelos’. Yo decidí hacer este pañuelo. Creo que no ha habido un mejor momento y por eso estoy agradecida con la vida.

Ahora todos estamos en una situación en la que verdaderamente apreciamos las cosas de las que podemos echar mano para nuestra salud mental y emocional, más allá de si tenemos un cuadro psiquiátrico o no. En la literatura hay muchas obras de personas que vivían ocupadas desplazándose de un lado a otro, y que están vacías. ¿Qué mejor que llenar ese vacío leyendo y descubriéndose a sí mismo y sabiendo quién es uno?

¿Qué ha aprendido de usted a través de la literatura?

Me ha confrontado con muchas verdades que antes no era capaz de nombrar. Creo que eso es lo más importante de la literatura: que algo que fue escrito hace muchos años concuerde con tu historia de vida, porque te hace sentir humana. Te hace sentir parte.

¿Cuáles libros han marcado su vida?

Han sido muchos. Actualmente estoy leyendo los diarios de la escritora Sylvia Plath. En ella me he reconocido mucho en torno a mi depresión, también en relación con todas mis historias románticas fallidas. En Twitter, mi usuario es @SrtaBovary en alusión al personaje principal de la novela de Gustave Flaubert (Madame Bovary).

¿La primera sesión de la terapia literaria se parece a la de una terapia convencional en la que la persona cuenta quién es y cuál es su historia de vida?

Claro, pero eso no lo hacen solo los terapeutas, también los periodistas; además lo hacemos bajo el manto de que no estamos intentando encasillar a alguien en un cuadro psiquiátrico ni en un perfil basado en nuestros estudios. Eso les da mucha más libertad a las personas para que hablen de sí mismas, de su entorno. En realidad lo que quiero es que, a través de su propia voz, ellos me cuenten una narrativa que puede estar asociada a otra narrativa de otro momento de la humanidad. A lo mejor esto los puede hacer sentir menos solos... Como me pasó a mí.

¿La gente también puede escribir en las terapias literarias?

Claro. Las terapias se pueden alargar. En principio son dos sesiones: cada una de una hora. En la primera sesión hay una gran entrevista. Luego hay una receta de unos libros y otros contenidos narrativos (películas, series, canciones). Luego la persona está lista (en una semana, dos, tres, un mes) y llega con todo subrayado. En la segunda sesión analizamos por qué subrayó eso, cómo se puede leer, con quién lo identifica.

Lo que quiero es que, a través de su propia voz, ellos me cuenten una narrativa que puede estar asociada a otra narrativa de otro momento de la humanidad

¿Y cómo le ha ido con las primeras terapias?

Ya voy como diecisiete. Me he dado cuenta de que todas las personas quieren hablar de sí mismas durante un período de tiempo mucho más largo del que se le permite a uno en cualquier tipo de socialización. Es muy importante darle esa importancia a la persona y hacer que construya un discurso sobre sí misma. Y dejarlo andar, como si estuvieras entrevistando un personaje. Por otro lado, me hace revisitar lecturas de las que no me acordaba desde hace muchísimo tiempo.

La terapia literaria es un acompañamiento de mínimo dos sesiones (1 hora c/u). Cada sesión cuesta 60.000 pesos y esta suma es consignada al momento de agendar la cita. Los encuentros se llevan a cabo a través de la plataforma de videoconferencia Zoom.
Si desea agendar, estas son las redes de contacto de Margarita Posada: @SrtaBovary en Twitter e Instagram (mensaje directo) o lalita56@hotmail.com (correo).
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente