El terminar una relación puede perjudicar áreas económicas como los ingresos, gastos y hasta las deudas.
Muñoz recomienda que siempre se debe pensar en el escenario de una posible separación y tomar medidas al respecto.
En algún momento de nuestra vida hemos experimentado la mala sensación que deja el desamor. Y es que terminar una relación que ha marcado nuestra vida no es un proceso fácil, pues no es solo el lado emocional el que resulta afectado, en muchos casos el económico sufre aún más.
De acuerdo con Ivonne Tatiana Muñoz Martínez, directora (e) del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad Central, el desamor puede afectar nuestras finanzas personales si compartíamos algunas actividades económicas en pareja.
“En particular el desamor afecta las finanzas personales si hemos compartido actividades financieras (ingresos, gastos, deudas o patrimonio comunes) y no teníamos claro cómo proceder al respecto en caso de una ruptura”, señaló la especialista.
De acuerdo con Muñoz, las afectaciones se dan de la siguiente manera:
En los ingresos: si se comparten con la pareja, al momento de una ruptura no se suele asimilar la reducción en el presupuesto diario, por lo que en general seguimos gastando igual.
En los gastos: si se asumen gastos de la persona con la que se comparte, como por ejemplo, suscripciones a televisión paga, cuentas de celular, suscripciones a gimnasio, entre otros, una vez esta se va, continuamos incurriendo en ese gasto a pesar de no utilizarla de manera individual.
En las deudas: si se adquirieron deudas a título personal pero el destino del dinero fue usado por ambos, o “peor aún, la otra persona utilizó el dinero, y debemos asumir la obligación en su totalidad.
En el patrimonio: este se verá reducido al momento de repartir los bienes durante el proceso de separación.
Aunque, como explica Muñoz, las afectaciones se ven en todos los aspectos económicos, se resalta que las deudas es el aspecto más crítico si se está pasando por un despecho. “En muchos casos, cuando estamos en pareja creemos que la relación durará para siempre y que jamás existirán inconvenientes financieros, y por ello apalancamos a la pareja con tarjetas de crédito, préstamos, entre otros”, aseguró.
Al hacer esto, una vez se llega a la ruptura, se deben asumir los costos de la deuda, a veces sin que la otra persona nos reembolse y por tanto se termina respondiendo por obligaciones financieras que no son nuestras.
“Otra situación que nos puede afectar financieramente son los procesos judiciales que se llevan a cabo en la separación, en particular cuando no llegamos a acuerdos, los gastos legales pueden ser imprevistos y de sumas considerables”, mencionó Muñoz.
¿CÓMO REDUCIR LAS AFECTACIONES?
Ante esta situación, que en muchas ocasiones nos toma por sorpresa, no sabemos qué hacer, por lo que se suelen tomar decisiones apresuradas y que terminan afectándonos más de lo esperado.
Por ello, Muñoz recomienda que siempre se debe pensar en el escenario de una posible separación y tomar medidas al respecto, como por ejemplo, proyectar qué hacer si no se cuentan con los ingresos de la pareja, las deudas que se adquieran en conjunto y sobre todo, controlar los gastos y “tener presente que no se debe gastar más de los ingresos adquiridos”.
LOS CONSEJOS
Finalmente, la experta señaló algunas recomendaciones que debe poner en práctica si está pasando por esta situación y no quiere afectar la salud de su bolsillo.
1
Reformule su presupuesto: si con la separación ve reducido su ingreso, de igual medida, debe reducir sus gastos.
2
Cancele o elimine aquellos gastos que ya no son necesarios en su nueva vida de soltero(a).
3
Si se adquirió una deuda en conjunto, determinar cómo se realizarán los pagos de la misma. Si la deuda quedó a su nombre, debe incluirla en el presupuesto y reajustar los otros gastos.
4
Llegar a un acuerdo justo con respecto al reparto de bienes para que el proceso judicial no tenga costos considerables.