Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario analiza
el panorama de los trabajadores con la automatización del empleo.
Los árbitros y otros oficiales deportivos, así como los
cajeros, manicuristas y taxistas podrían tener sus días contados. Estos
trabajadores están en la lista de profesiones con mayor riesgo de desaparecer
como consecuencia del proceso de automatización y robotización.
Así lo indica el informe “1 de Mayo: Una mirada al futuro
del trabajo”, que publica el Observatorio Laboral de
la Universidad del Rosario con ocasión de la conmemoración del Día
Internacional del Trabajo, el cual analiza diversos
aspectos relacionados con la robotización del empleo, el control del tiempo de
trabajo y el impacto de la tecnología en las nuevas relaciones en contextos de
plataformas digitales y su impacto en el sistema de protección social.
En el listado de profesiones con probabilidad de ser
automatizadas por la implementación de robots también están, en su orden, las
personas que se dedican a la recolección de datos, telemarketing, liquidadores
de pólizas de seguros, analistas de crédito, técnicos de laboratorio dental,
empleados de facturación y registro, de servicio postal, choferes, reparadores
de bicicletas, trabajadores de preparación de comidas, barberos, carpinteros,
trabajadores de lavandería y técnicos en aviación.
“El trabajo del futuro demanda formación y aprendizaje
constante que determina para los ciclos educativos la necesidad de incorporar
procesos académicos por competencias y habilidades centradas en ‘aprender a
aprender’ para afrontar el cambio que caracteriza el trabajo del futuro”,
indica Iván Daniel Jaramillo Jassir, investigador del Observatorio Laboral de
la Universidad del Rosario y autor del informe.
“La ordenación del tiempo de trabajo resulta cada vez más
compleja dada la constante conexión tecnológica del trabajador dificultando la
delimitación de los espacios laborales/personales, a partir del cual empiezan a
estructurarse nuevos derechos como el denominado derecho de desconexión”,
agrega el académico.
Para Jaramillo “es necesario regular el trabajo en el marco
de plataformas digitales para asegurar el respeto de principios de la relación
de trabajo de la que emana el conjunto de derechos laborales, la afiliación y
cobertura del sistema de seguridad social y el respeto de los pilares de la
libertad sindical”.
“La automatización o robotización del empleo demanda
sistemas de contribución fiscal para la financiación de las prestaciones del
sistema de seguridad social, que debe extender su ámbito en el nuevo contexto
para incluir garantías de renta básica universal, seguros de desempleo y
fortalecimiento del servicio público de empleo”, aclaró el investigador.
El informe indica que en función de la automatización y
robotización de los puestos de trabajo, el año 2025 se registrará una pérdida
de 75 millones de empleos, en contraste con la creación de 133 millones de
nuevos roles como consecuencia de los desarrollos tecnológicos, según cifras de
2018 del Foro Económico Mundial.