Las empresas latinas parecen jardines infantiles: Kenji

“La idea de ganar dinero con el mínimo esfuerzo, la promoción de mensajes de ‘haga mucha plata desde su casa’ es un círculo que al final colapsa”.


Yokoi Kenji, el prestigioso conferencista, hijo de padre japonés y madre colombiana, pero nacido en Bogotá, vivió los primeros 10 años de su vida en Panamá, Costa Rica y Colombia. De su abuelo antioqueño, Jaime Gómez, aprendió la recursividad paisa que fue su principal aliada para lograr soportar la rigidez con la que se enfrentó durante 14 años de su infancia y juventud a raíz de que sus padres se radicaron en Yokohama, Japón donde ejerció como traductor y guía de cientos de latinos durante los años 90.

Al finalizar una de sus charlas, esta vez en el teatro de la Universidad de La Salle en Bogotá, organizada por Coomeva, Yokoi Kenji habló con Portafolio.

¿Qué piensa de los estudios, según los cuales los millennials y los centennials necesitan motivación constante? 

La idea de ganar mucho dinero con el mínimo esfuerzo, la promoción de mensajes al estilo de ‘haga mucha plata desde su casa en piyama y en un par de minutos’ es un círculo que finalmente tiene que colapsar, y va a colapsar porque definitivamente hay que trabajar. Hoy el mundo sabe quién es Leo Messi, pero para ser Messi en el camino quedaron millones de jóvenes fracturados, sin contactos, sin dinero, sin buena alimentación. Vivir de esas ilusiones de ‘hágase rico en tres pasos’ es muy peligroso porque se vuelve una fantasía que sale costosa.

¿A ese mundo de falsas ilusiones es a lo que se refiere su teoría del gimnasio?

Fui al gimnasio, me enamoré de las máquinas nuevas, de los cuerpos de las personas que atienden y mientras caminaba, pensaba, será que yo puedo tener ese abdomen y esos pectorales. De hecho, fui con mi esposa y nos dijeron que ella podía tener la cintura bien marcada porque todos los equipos son tecnología de punta. Por si fuera poco, había paquetes especiales, si compraba 3 meses, nos daban 6. Finalmente, como salía tan barato, compramos el año. Fui una semana y no volví. Esto me sirve para explicar que de barato, no tiene nada porque sale muy caro, alimentar ilusiones de lograr cuerpo de atleta sino trabaja para lograrlo.

¿Qué significado tiene para usted el trabajo y la motivación ahora que se habla tanto de este tema?

Los japoneses no se motivan para trabajar, sino que trabajan hasta sentir motivación. De hecho, son reacios a la motivación antes del trabajo porque sienten que si la empresa o los padres motivan a la persona para que trabaje o estudie, el día que no lo motiven, no va a hacer nada. Entonces para el japonés trabajar hace parte de darle sentido a la vida. Pero su motivación está adentro, no viene de afuera, es lo que llamamos ‘Shimei’, es decir, propósito de vida.

Está comprobado que cientos de personas que se jubilan, deciden seguir trabajando, ya no lo por plata, sino porque descubren que el trabajo tiene múltiples efectos positivos.

¿Cuál es el patrón más letal y común en el entorno laboral latinoamericano? 

Es complejo dar una respuesta, pero un patrón muy común es que no sabemos diferenciar cuando estamos en modo trabajo y cuando en modo amistad. Nos confundimos en el manejo de las relaciones. Cuando el jefe es mi amigo, el líder es mi amigo, me olvido de cumplir con mis deberes o creo que merezco ciertos privilegios. En Japón, hay unos códigos y la gente sabe respetarlos. Por ejemplo, el japonés se embriaga en la noche en una fiesta empresarial y al otro día es irrespetuoso hablar del tema en la oficina porque ese tiempo es para trabajar. Por el contrario, un latino dice “como me puede saludar de lejos hoy, si anoche tomamos juntos”.

¿Cómo administrar ese “jardín infantil” porque los líderes además de manejar los inconformismos individuales tienen que cumplir metas?

Es un entorno complejo porque, aunque no damos resultados como trabajadores y menos como entidad, si tenemos voz para quejarnos de los padecimientos. Lo más interesante es que conozco casos de entidades flexibles que se han acoplado a algunas necesidades de la gente, pero de todas maneras los equipos no dan resultados. Eso muestra que no es una cuestión de cómo me traten, es una cuestión cultural. Algo que siempre le pregunto a la gente que trabaja conmigo es si realmente les gusta y aman hacer lo que hacen aquí, porque si no es así, debemos buscar lo que realmente les gusta hacer. Yo no quiero que estén conmigo solo porque es una opción buenísima, sino porque se sienten muy felices.

¿Cómo manejar el ‘bullying’ en esos ‘jardines infantiles’ laborales?

Una de las empresas más complejas de manejar es la familia. Para nuestra generación fue muy fácil lidiar con la vida porque en casa nos hicieron mucho bullying y cuando llegábamos a cualquier lugar, no nos afectaban los comentarios porque en casa ya nos habían dicho ‘orejón’, ‘narizón’ y todo lo demás. Hoy en día, el bullying hace mucho daño a los muchachos porque los padres viven mendigando amor y les dicen que son perfectos en todo y cuando salen al mundo real, la mínima crítica es un problema. Yo creo que en ese sentido la firmeza con la que nos trataban los adultos nos formó y es importante no perderla.

¿Ya que menciona el manejo del tiempo los empresarios lo describen como un dolor de cabeza?

Una de las cosas que enfrentamos en la cultura latina es que somos muy dispersos. El japonés no para a saludar en los pasillos, no habla un poquito en el baño, no se distrae porque si está trabajando, trabaja. Por eso a las 5 de la tarde, ya logró lo planeado y se va.
Nosotros llegamos tarde al trabajo, nos comenzamos a despertar en el sitio de labores, a las 12 cuando ya nos animamos, hay que parar a almorzar, luego nos da sueño, tipo 3 de la tarde, le metemos la ficha y a las 5 nos vamos porque nos esperan dos horas de trancón. Necesitamos entender el valor del tiempo en el trabajo y en la casa.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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