Exceso de 'sinceridad'



Solo una mujer segura de sí misma es capaz de decirle a otra que está linda.



Apenas terminé mi comentario una mujer del grupo soltó una frase que me dejó frío: “a mí no me gusta que me digan la verdad”. solté una carcajada.


Lo primero que pensé es que ella, que estaba tan aterrada con la sinceridad de mi otra amiga, fue igual de directa que ella, con la diferencia que no le estaba haciendo daño a nadie. Simplemente sabe lo que le gusta y lo que no y no tiene ningún inconveniente en vociferarlo.

Ya cuando me quedé solo pensé que yo tampoco soy partidario de las personas que andan soltando ‘verdades’ hirientes y ofensivas. En esta sociedad pareciera que le pagaran a la gente para decir harteras y para proclamar lo que ellos consideran son ‘realidades’, así hagan daño. Lo tildan hasta de simpático y como una excelente manera de ‘romper el hielo’ en encuentros sociales. Y si uno les llega a decir que no le parece que esa sea una buena estrategia de comunicación, salen con el argumento de que es un derecho al desarrollo de su personalidad y que debemos estar agradecidos con la honestidad y no ofendernos con la crudeza de las palabras.
Sinceramente creo que esas personas que tienen que decir pesadeces para ser simpáticos o para tener tema de conversación son las más inseguras del mundo. Creo que están tratando de desviar la atención de sus propios miedos y fragilidades haciendo sentir al otro inferior. Es especialmente notorio entre las mujeres. Solo una mujer segura de sí misma es capaz decirle a otra que está linda, que le encanta su pinta o que la admira.
Curiosamente, estas mismas personas que se enorgullecen de ser tan ‘francos’ les parece que los que halagamos en vez de criticar somos lambones y mentirosos.

La famosa e inigualable cantante Adele, dijo en alguna oportunidad, “claro que tengo mis inseguridades, pero no paso mi tiempo con personas que siempre me las están recordando”. Que tan cierto es.
Todos tenemos la opción de rodearnos de personas que nos ayuden a hacer que la vida sea más agradable o podemos autoflajelarnos perdiendo el tiempo con gente que no hace sino proyectar sus propios desequilibrios en uno. Como no podemos cambiar a nadie, la decisión está en nuestras manos.
Recordemos que valiente es el que encuentra algo positivo que decir, y sabio es quien, si no puede decir nada positivo, permanece callado.
Julio Cesar Moreno Duque

soy lector, escritor, analista, evaluador y mucho mas. todo con el fin de aprender, conocer para poder aplicar a mi vida personal, familiar y ayudarle a las personas que de una u otra forma se acercan a mi.

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