Supervisión, apoyo y amor son las herramientas para hacer presencia en casa.
El cuidado de cerca de la mitad de los niños colombianos cuyos padres trabajan, queda en manos de personas diferentes a los abuelos, según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2010.
La empleada, el personal de los jardines infantiles, la hija mayor y los parientes cercanos son otros cuidadores.
En el caso de las madres afortunadas, el 39 por ciento deja sus hijos a cargo de los abuelos, porcentaje que aumenta al 49 por ciento si ellas son menores de 20 años.
En el caso de las madres afortunadas, el 39 por ciento deja sus hijos a cargo de los abuelos, porcentaje que aumenta al 49 por ciento si ellas son menores de 20 años.
Esta larga ausencia en el hogar por motivos laborales llena de angustia a muchos padres que no saben cómo supervisar y acompañar a sus hijos en la distancia.
Algunos, al ignorar cómo hacerlo, delegan en terceros esa responsabilidad y se desentienden de su rol, lo que, a juicio de expertos, puede generar niños inseguros, con problemas de comportamiento, carentes de límites y con baja autoestima. En este sentido, los cuidadores deben ser un apoyo para seguir indicaciones o para hacer respetar las reglas que existen en casa y tener clara la forma de ejercer la autoridad.
Como criar a distancia no es fácil, es necesario sacarle provecho a esta relación para hacer presencia. El objetivo es acompañar y guiar, más que controlar.
Y con el ánimo de estar más presentes, es necesario respetar los horarios de trabajo y no excederse.
Hágalos sentir importantes
Mire la agenda y los cuadernos a diario y haga seguimiento de las actividades del niño en el colegio. Llámelo cuando llegue del colegio. Dele indicaciones y llámelo de nuevo para saber si cumplió la instrucción. Déjele una nota amorosa haciéndole sentir que en caso de necesitar a sus padres puede llamarlos. Establezca encuentros cálidos para leerle y conversar. Explíqueles las razones por las cuales hay que trabajar y la importancia de esta actividad para la familia.
Mire la agenda y los cuadernos a diario y haga seguimiento de las actividades del niño en el colegio. Llámelo cuando llegue del colegio. Dele indicaciones y llámelo de nuevo para saber si cumplió la instrucción. Déjele una nota amorosa haciéndole sentir que en caso de necesitar a sus padres puede llamarlos. Establezca encuentros cálidos para leerle y conversar. Explíqueles las razones por las cuales hay que trabajar y la importancia de esta actividad para la familia.
Supervíselos con respeto
Establezca reglas y límites claros según las necesidades de la familia y la edad de los niños. Los cuidadores deben llevar un registro de sus rutinas y anotar los eventos relevantes. Haga acuerdos previos sobre lo que espera de ellos e indíqueles la importancia de la independencia y lo que significa el cumplimiento de los deberes. Cree un plan de trabajo y supervíselo cada cierto tiempo.
Establezca reglas y límites claros según las necesidades de la familia y la edad de los niños. Los cuidadores deben llevar un registro de sus rutinas y anotar los eventos relevantes. Haga acuerdos previos sobre lo que espera de ellos e indíqueles la importancia de la independencia y lo que significa el cumplimiento de los deberes. Cree un plan de trabajo y supervíselo cada cierto tiempo.
Cualidades del cuidador
La escogencia del cuidador debe hacerse con suma responsabilidad. Sean los abuelos, los tíos, un familiar cercano o una niñera, es necesario que tenga estas cualidades: madurez, responsabilidad y criterio. Debe ser de confianza y asumir con agrado la tarea de cuidar a los niños. Si es una persona desconocida, que tenga buenas referencias en esa labor. Es clave que esté segura de lo que hace y que tenga firmeza, capacidad de reacción, que sea tolerante y siga las instrucciones dadas.
La escogencia del cuidador debe hacerse con suma responsabilidad. Sean los abuelos, los tíos, un familiar cercano o una niñera, es necesario que tenga estas cualidades: madurez, responsabilidad y criterio. Debe ser de confianza y asumir con agrado la tarea de cuidar a los niños. Si es una persona desconocida, que tenga buenas referencias en esa labor. Es clave que esté segura de lo que hace y que tenga firmeza, capacidad de reacción, que sea tolerante y siga las instrucciones dadas.
Apóyese en la familia
Recurra a tíos y abuelos para supervisar a los niños. Tenga expectativas realistas sobre la ayuda que cada miembro de la familia puede dar. Explíqueles a sus familiares las reglas en casa frente a la educación de los niños. Hable sobre los desacuerdos que se tengan frente a la manera como la familia interviene en la crianza de los hijos.
Recurra a tíos y abuelos para supervisar a los niños. Tenga expectativas realistas sobre la ayuda que cada miembro de la familia puede dar. Explíqueles a sus familiares las reglas en casa frente a la educación de los niños. Hable sobre los desacuerdos que se tengan frente a la manera como la familia interviene en la crianza de los hijos.
Aproveche la tecnología
Si dispone de cámara web, revise agenda y tareas a través de este sistema. Envíe mensajes de texto al celular o chat, sin interferir con sus deberes. Un saludo cariñoso o un mensaje por redes sociales es oportuno (los padres pueden ser amigos de sus hijos en las redes sociales). Eso sí, que esto no se convierta en su única forma de comunicación, y no se exceda. No se recomiendan las cámaras escondidas, excepto si sospecha que el cuidador es negligente con los niños.
Si dispone de cámara web, revise agenda y tareas a través de este sistema. Envíe mensajes de texto al celular o chat, sin interferir con sus deberes. Un saludo cariñoso o un mensaje por redes sociales es oportuno (los padres pueden ser amigos de sus hijos en las redes sociales). Eso sí, que esto no se convierta en su única forma de comunicación, y no se exceda. No se recomiendan las cámaras escondidas, excepto si sospecha que el cuidador es negligente con los niños.